Harfuch y Bukele
No se necesita ser un experto en filología para racionalizar que los apellidos Harfuch y Bukele son literalmente árabes, y en este contexto gira el análisis del presente ensayo exclusivamente.
En el antiguo testamento de la Biblia, que en todos los sentidos puede considerarse también un libro histórico, se narra cómo los descendientes de Ismael, el patriarca de los árabes, e hijo de Abraham, el patriarca también de los judíos, fue bendecido para que de su progenie surgieran príncipes que gobernaran al mundo; también en la Biblia se encuentra escrita la historia de la salvación de José (el soñador) por parte de los árabes que lo compraron para rescatarlo de sus propios hermanos carnales, éste grupo de árabes se nombraban: ismaelitas, y lo vendieron a los egipcios, gracias a lo cual José se convirtió en el hombre más poderoso de toda la historia, cabe mencionar que en esa época los árabes y los egipcios eran pueblos totalmente diferentes.
La Biblia también describe como las tablas de las leyes fundamentalistas fueron ofrecidas primero al pueblo árabe, siendo así también elegidos, aunque no las aceptaron como sí lo hizo el pueblo judío liderado por Moisés.
Pero quizá lo más relevante de analizar es que fueron los árabes de Belén, los mismos que actualmente siguen viviendo en esa milenaria ciudad, aunque ahora los llamen por conveniencia británica: palestinos, los que recibieron a María en trabajo de parto cuando estaba pidiendo posada con su esposo José, y ellos escondieron y salvaron a su hijo Jesús recién nacido, con lo que se estableció después histórica y políticamente el cristianismo y el catolicismo (referencia en SDP Noticias con fecha: 24 de Diciembre del 2020).
Después, el profeta Mahoma, líder de los árabes, estabilizó al mundo cuando inició el islamismo, sus seguidores consolidaron el imperio español con el establecimiento de sus califatos, y posteriormente descubrieron y colonizaron al continente americano, incluyendo a México.
Por su parte, el Imperio Otomano, que eran los descendientes de los mismos árabes, fundaron Constantinopla sobre las ruinas de Troya, y fueron los que afortunadamente terminaron con el tormento romano, actualmente es Estambul, capital de Turquía.
Los árabes fundaron la química y el álgebra, y sus aportaciones en astronomía y medicina han sido muy relevantes, ésta última representada por el reconocido médico Avicena.
Por esto y muchas aportaciones más del pueblo árabe a la historia y a la humanidad en general, resultan muy honorable las acciones que han hecho en beneficio también de la historia y de la humanidad personajes con apellidos como Harfuch y Bukele.