Claudia aplasta a Xóchitl y el doctor De la Calle ve un borracho y diagnóstica cáncer

Biografía del médico de encuestas

Amigos que simpatizan con la oposición me enviaron el día que se publicó en El Universal —el pasado miércoles 27 de marzo— un artículo del doctor en economía Luis Fernando de la Calle, “La elección será mucho más cerrada de lo que implican las encuestas”. Lo hicieron porque insisten en negar la realidad: que Claudia Sheinbaum, según las encuestas serias, ganará la elección presidencial por goleada.

Pienso que el señor De la Calle es inteligente y cuenta con suficiente preparación académica como para entender el tema de las encuestas. Si publicó un artículo tan fallido seguramente ocurrió porque lo traicionó el fantasma de la ideología. Antes de decir por qué es tan malo su articulo acerca de las encuestas sintetizaré el currículo de don Luis Fernando de la Calle:

Es director general y socio fundador de De la Calle, Madrazo, Mancera.Esa empresa aporta a sus clientes “comprensión de la economía, los procesos reglamentarios y los asuntos relacionados con el comercio internacional”.Estudió la licenciatura en economía en ITAM y la maestría y el doctorado, también en economía, en la Universidad de Virginia.Antes de trabajar en el sector privado, “el doctor de la Calle fungió como subsecretario de Negociaciones Comerciales Internacionales en la Secretaría de Economía de México, puesto al que fue designado tanto por el expresidente Vicente Fox como por el expresidente Ernesto Zedillo”.También fungió como consejero permanente de Pemex Exploración y Producción y de la Comisión Nacional Forestal y como secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de Inversión Extranjera.En la embajada de México en Estados Unidos fue ministro para asuntos comerciales.Colaboró en el Banco Mundial como economista de país.Imparte conferencias en todo el mundo y posee experiencia como investigador universitario y docente.

Escenarios de participación electoral o el arte de jugar al Tío Lolo

Vayamos al artículo de Luis Fernando de la Calle “La elección será mucho más cerrada de lo que implican las encuestas”. Èl dice, de arranque, que si “sufraga solo un 58% de los ciudadanos, se puede vislumbrar un triunfo de Morena y sus aliados que incluya la presidencia, el gobierno de la ciudad de México y mayoría en la Cámara de diputados y Senado, incluso posiblemente calificada”.

Después, apoyado en un “análisis estadístico y gráfico elaborado por Alfonso Muñoz Duarte” sostiene que si la participación aumentara la ventaja de Claudia Sheinbaum sobre Xóchitl Gálvez se reduciría. Veamos:

Participación de 58% de los ciudadanos en las elecciones de 2024. A Luis de la Calle en este escenario le parece correcto el promedio de las encuestas de una ventaja de más de 20 puntos a favor de Sheinbaum.Participación de 63.43%. Según los cálculos del señor De la Calle, la ventaja de Claudia se reduciría a 14.51%.“Participación de 65.29%. Sheinbaum, 29.54 millones de votos o 45.66%; Gálvez, 28.96 millones o 44.77%”. Es decir, empate.

Con respeto a tan distinguido doctor en economía y al experto en estadística que le ayudó a realizar tales cálculos, creo que no tienen la menor idea acerca de lo que dicen. Hoy un artículo publicado en Reforma, de Vanessa Romero Rocha, sin mencionarlos los refuta con excelente y sencilla lógica. Recomiendo leer el texto de esta abogada, “¿Voto masivo?”. Enseguida daré mi propio punto de vista.

Hacer un puchero de encuestas o el borracho va al médico

Don Luis Fernando de la Calle, antes de hacerse bolas con supuestos imposibles para justificar sus cálculos, se enreda feamente embarullando diferentes encuestas. Dice: “Las encuestas no son predictores precisos de una elección competida, como se ha visto en muchas ocasiones en México y el extranjero”.

Me pregunto de dónde saca tan erudito doctor que estamos ante una elección competida. Solo lo afirman las encuestas pagadas por la campaña de Xóchitl Gálvez, que caen en la categoría de los estudios demoscópicos que el propio doctor De la Calle descalifica porque “se venden o forman parte de grupos con un interés creado y no son confiables”.

Para probar que las encuestas se equivocan, De la Calle menciona —en lo que es sin duda un pésimo diagnóstico— lo que pasó en el Estado de México:

“En la (elección) más reciente en el estado de México, las encuestas predecían una brecha de 15 puntos porcentuales, pero terminó con un margen de 8.3 puntos y una baja tasa de participación de 49%”.

LUIS DE LA CALLE en El Universal

O el doctor De la Calle no es un analista objetivo o por flojera de plano no investigó nada. Él debería reconocer —como lo hizo hasta un fanático de la derecha en el noticiario de Ciro Gómez Leyva, el senador Germán Martínez— que en al menos dos encuestas publicadas, la de Reforma y la de MetricsMx que difunde SDPNoticias, la ventaja de la candidata ganadora era de 10 puntos, bastante cercana a la ventaja con la que finalmente se impuso Delfina Gómez, de Morena.

Si Luis de la Calle hubiera preguntado a encuestadores profesionales —lo hice antes de publicar este artículo— le habrían dicho que la campaña de la oposición en el Edomex contrató a dos casas encuestadoras, Buendía & Márquez y De las Heras Demotecnia. Supongo que es la razón por la que Buendía no publicó en El Universal.

En el Estado de México el encuestador Jorge Buendía daba 9.5 puntos de ventaja a Delfina Gómez sobre Alejandra del Moral. Por su parte, Rodrigo Galván de las Heras tenía a Delfina como triunfadora con una diferencia de 10 puntos porcentuales. El equipo de campaña de oposición, específicamente el PRI —iba en alianza con el PAN— para confirmar o refutar tales datos pidió una encuesta a Roy Campos, de Mitofsky: este dio 8.5 puntos de ventaja a la candidata de Morena.

El argumento del señor De la Calle de que las encuestas fallaron en el Edomex se cae ante la evidencia de que hubo cinco encuestas bastante precisas: De las Heras, Buendía, Mitofsky, Reforma y MetricMx (SDPNoticias). Si es honesto, y me dicen que sí lo es, el prestigiado doctor en economía De la Calle en otro artículo en El Universal admitirá su error. Si no lo es, le valdrá gorro haber realizado una investigación tan deficiente.

Otro error de De la Calle consiste en mezclar encuestas serias con encuestas de vacilón, como las que da a conocer la campaña de Xóchitl Gálvez. Lo hace para concluir que no hay nada para nadie.

Ese análisis es tan malo como el de promediar diagósticos de médicos: un neurocirujano, con posgrado en Harvard, dice que al paciente le duele la cabeza porque se fue de borrachera y le pegó una cruda fuertísima; en la clásica segunda opinión otro médico, que no cuenta con posgrado porque ni siquiera se graduó en el nivel básico, dice que el enfermo tiene un tumor.

¿Cuál sería la conclusión de Luis Fernando de la Calle al analizar dos diagnósticos tan distintos? Quizá diría que el borracho achacoso tiene pulmonía. Así es como razona tan preparado economista.

Optimates contra populares

Volveré ahora al otro error, mucho más grave, cometido por Luis Fernando de la Calle: afirmar que si más gente vota menor será la ventaja de la candidata Claudia Sheinbaum. Creo que es exactamente al revés.

Hombro culto, supongo que Luis de la Calle no ha necesitado leer los libros de moda sobre Julio César, los de Santiago Posteguillo, para saber quiénes eran en Roma los optimates (la nobleza) y los populares (la raza, diría el ya extinto Bronco de Nuevo León).

En el México actual, como en la antigua Roma, hay muchísimos más populares que optimates. Entonces, lógicamente mientras más gente vote mayor será la participación de la raza, que como bien sabemos es la fuerza electoral de Morena.

El PRI todavía en 2012 tenía de su lado a un buen número de populares, pero los perdió cuando en 2018 entregó la candidatura presidencial a un extraordinario funcionario público, José Antonio Meade, no solo nada identificado con las bases priistas, sino producto de las administraciones panistas.

En honor a la verdad debe decirse que de los pocos buenos funcionarios en los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón, el más destacado fue Meade, quien trabajó con total eficacia en el equipo de Enrique Peña Nieto apoyando a otro excelente economista, Luis Videgaray, este tampoco vinculado con las clases populares.

Así que Meade, Videgaray y Peña Nieto empanzaron al PRI en la pasada elección presidencial, y por tal motivo el hoy presidente Andrés Manuel López Obrador no batalló para arrebatarle al priismo lo más importante que tenía: las bases.

En efecto, AMLO y Morena le quitaron al PRI lo que valía la pena y le dejaron lo peor: Alito Moreno, Rubén Moreira, etcétera. ¿Es tan difícil de entender, don Luis de la Calle?

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