Claudia Sheinbaum con el corazón en Sonora

Sonora Power

Estuve en el Zócalo Capitalino, junto a los más de 350 mil ciudadanos que acudimos a conocer la nueva faceta de Claudia Sheinbaum, en este caso de la “próxima presidenta de México”, tal como ella lo definió.

Mis impresiones sobre esa experiencia, donde la candidata presidencial de Sigamos Haciendo Historia delineó los 100 compromisos que asumirá al llegar al gobierno, son muchas y muy variadas, pero debo decir que el compromiso público que la doctora hizo con la educación superior gratuita en todas las instituciones pública y el impulso a la ciencia y la tecnología para hacer de México una potencia educativa y económica, fue una de las que más profundo me llegó.

Formo parte de una generación a la que el derecho a la educación gratuita le fue literalmente arrebatado por el autoritarismo de Manlio Fabio Beltrones que en 1991 impuso en la Universidad de Sonora la infame Ley 4, que sustituyó a la Ley 106 que garantizaba de cierta forma democracia y autonomía en esa importante institución y que daba la garantía de gratuidad.

Beltrones en un acto de autoritarismo anuló esto de un plumazo y quiso convertir a la Unison en una especie de modelo de lo que en el neoliberalismo se buscó impulsar como el nuevo modelo para las universidades, hubo intentos antes que chocaron con pared, por ejemplo en la Universidad Nacional Autónoma de México, cuando se buscó algo similar en 1986.

Como es historia conocida en ese momento el Consejo Estudiantil Universitario (CEU), del que por cierto formó parte la hoy candidata presidencial, se movilizó y paró en seco ese intento de imposición en la máxima casa de estudios de México, sin embargo en ese momento se sembró el germen del autoritarismo enfocado a las universidades y en Sonora Beltrones, al no tener mayor oposición, lo consiguió prácticamente de un plumazo.

Claro que hubo una reacción airada de la comunidad estudiantil y de los maestros e investigadores, que nos sentimos vejados justamente por el modo y las formas que siguieron.

A mi universidad se le impuso un gobierno de “notables” que ni siquiera tenían que ver con Sonora y en realidad, se estableció un sistema de cuotas con el argumento de que se buscaría la excelencia (un término de esos difíciles de explicar) y anuló toda posibilidad de participación.

Es decir los estudiantes seríamos solamente una masa amorfa en una institución diseñada entonces para generar mente y mano de obra para apoyar el desarrollo económico y abastecer así a las industrias, pidiéndoles no pensar, no discutir y por supuesto no protestar.

Se formó entonces el Comité Estudiantil de la Universidad de Sonora, que resistió casi de manera heroica, sin embargo terminó siendo reprimido y derrotado por la imposición y el autoritarismo del entonces invencible aparato del estado priista, encabezado por Beltrones en Sonora.

Lo que siguió después fueron años de luchas, incluso a similitud de las movilizaciones de Andrés Manuel López Obrador y sus éxodos por la democracia, el CEUS organizó una “marcha del desierto al Zócalo”, que recorrió más de 2 mil kilómetros desde Hermosillo a la capital del país.

Fue inútil, más allá de una victoria moral, la indisposición de Beltrones a escuchar, terminó con la imposición y una normalización de esa realidad que prevaleció por 32 años, hasta que en Sonora se logró bajo el gobierno del la 4T con Alfonso Durazo, anular la Ley 4 y crear una nueva Ley Orgánica, que garantiza la democracia con órganos de participación interna para la comunidad estudiantil y la académica, en la elección de autoridades y demás procesos al interior del alma mater; sin embargo es importante decir, queda pendiente el enfoque a la gratuidad en la educación, asunto que hoy en correspondencia con su compromiso generacional, ofrece garantizar Claudia Sheinbaum al asumir el cargo como presidenta.

¿Cómo no entusiasmarse con esa propuesta?

Pero así como esa en particular, hay otras 99 que vale la pena revisar a fondo. A mi me queda claro que el camino de la candidata de Sigamos Haciendo Historia será fructífero, que es una candidata muy seria y puntual, que se propone materializar la visión de convertir a México en una verdadera potencia, a partir de optimizar el sistema educativo, captar proyectos de inversión a partir de un plan de desarrollo, que sea nacionalista y por lo tanto propio, no impuesto por el interés de organismos internacionales.

Me emocionó encontrarme compromisos firmes y puntuales con mi estado, en desarrollo de infraestructura, pero también en sostener los planes de justicia para los Yaqui, para los Seris, los Mayos y los Guarijíos, y también para el resto de las naciones originarias.

Profundizar el Plan Sonora de energías renovables y hacer de Sonora uno de los polos de desarrollo económico de nuestro país, para aprovechar su ubicación geográfica y su cantidad de recursos naturales.

Cómo no emocionarse con una candidata que tiene el diagnóstico correcto y las propuestas precisas para seguir adelante con esa transformación que nos ha ofrecido el presidente Andrés Manuel López Obrador, con justicia social, desarrollo, garantía de salud, de educación y de bienestar.

Vaya que Claudia Sheinbaum, es una gran candidata y de su mano México podrá alcanzar muchos de los ideales que por décadas hemos perseguido.

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