El subdesarrollo de las primeras damas de Estados Unidos
A un día de la inauguration de Donald Trump, el New York Times dedicó un amplio reportaje, de Scott Cacciola, a los “80 años de moda” de las primeras damas de Estados Unidos.
Cacciola dice que en los eventos relacionados con la toma de posesión de los mandatarios estadounidenses suele haber de todo: música, poesía, bailes, juramentos que recitar y votos que cumplir. Y, por supuesto, todo el mundo “sonríe para las cámaras”, lo que explica que todas las personas participantes se disfracen.
Scott Cacciola se pregunta dónde encaja la primera dama en una inauguration. Responde que, “en circunstancias ideales, ella ayuda a humanizar al presidente” y, lo más importante, “ella es, para bien o para mal, la anfitriona de lo que a menudo se presenta como un cuento de hadas moderno”.
Un cuento de hadas que, en el año 2025, solo merece un adjetivo: subdesarrollado.
Se comprende que en 1977, hace casi 50 años, mucha gente en Estados Unidos se haya molestado con Rosalynn Carter por haber seleccionado para el baile inaugural un vestido azul con mangas de gasa que ella había llevado cuando Jimmy Carter asumió el cargo de gobernador de Georgia en 1971: “Los Carter pretendían transmitir la idea de que sentían el dolor económico de la gente común, una vieja promesa de la campaña, pero nadie quería que fueran personas normales, ni durante la inauguración ni cuando estaban bailando en sus galas”.
El reportaje de Scott Cacciola describe la vestimenta de las primeras damas de Estados Unidos en las tomas de protesta de sus maridos:
1.- “Jill Biden hizo historia en 2021” con una mascarilla por la pandemia. Ella en algún momento lució un abrigo bordado con 50 flores.
2.- Melania Trump recurrió a Ralph Lauren cuando Donald J. Trump fue investido como presidente en 2017. A los bailes inaugurales asistió con un vestido crepé de seda de Hervé Pierre.
3.- Michelle Obama, para la primera inauguración de su esposo, eligió un vestido jacquard de seda azul marino de Thom Browne y un vestido de gasa rubí y terciopelo de Jason Wu.
4.- Laura Bush prefirió a Oscar de la Renta, lo mismo que Hillary Clinton.
5.- “Barbara Bush lució un vestido azul real de Arnold Scaasi en los bailes inaugurales de 1989”.
6.- A Nancy Reagan le gustaba el color rojo, pero vistió un traje azul eléctrico en la segunda inauguración de su marido.
7.- “Pat Nixon, de rosa, y Betty Ford, de azul, llevaban colores pastel el 9 de agosto de 1974, que fue un día deprimente para el presidente Richard Nixon. Después de que Nixon dimitiera en medio de un escándalo, su vicepresidente, Gerald Ford, juró el cargo para sustituirlo”.
8.- La esposa de Lyndon B. Johnson antes de la inauguración de este “destacó con un abrigo de lana rojo con detalles negros”. En la toma de protesta no hubo espacio para el lucimiento ya que fue un “acontecimiento sombrío”. Johnson protestó dos horas después del asesinato de John F. Kennedy.
9.- A la legendaria Jacqueline Kennedy se le recuerda por numerosas razones; una de ellas, su icónico sombrero pillbox.
Un sombrero de esta clase, diseñado por Halston, lo usó en la toma de posesión de su esposo en 1961.
10.- La esposa de Dwight Eisenhower usó un vestido “bordado con perlas, cristales y topacios”.
11.- En la inauguración de Harry Truman su familia, incluida su esposa, se vistió “con tonos apagados y abrigos oscuros”.
12.- La señora Roosevelt usó un “modesto vestido” en el baile inaugural.
Algunas de las primeras damas de Estados Unidos tenían méritos para haber presidido ese país. No pudieron hacerlo: el machismo no les ha permitido llegar. Ninguna otra mujer ha logrado alcanzar la presidencia. Dos políticas de primer nivel, Hillary Clinton y Kamala Harris, fueron superadas por el mismo macho, Donald Trump. Por eso hasta los diarios estadounidenses más progresistas, como el New York Times, no pueden hablar de la ropa de sus presidentas, así tienen que conformarse con lo que visten las primeras damas.
Subdesarrollo, sin duda. En esto, pero no solo en esto, México supera a Estados Unidos.
