Última llamada a jóvenes y clase media

“Por lo general, deseamos liberarnos de las sensaciones desagradables con tanta urgencia que no nos da tiempo a descubrir de dónde proceden.”

GUESHE KELSANG GYATSO

“And there goes the alarm ringin’ in my head

Like somebody said: Don’t you trust him, no

Textin’ from his ex, what did you expect?

Now you’re lyin’ here knowin’ where he goes

Now he got that itch, yeah, karma is a bitch, yeah

Same way that they come that’s the way they go

Now he got that itch, rewindin’ the picture

There goes the alarm and the sirens go

There goes the alarm”

ANNE-MARIE

Es la última llamada para que los mexicanos en edad de votar definan la orientación de su voto de este 2 de junio. Mas hoy me quiero referir en particular a los jóvenes (de entre 18 y 35 años) y a la clase media.

La Marea Rosa del pasado domingo me ratificó dos apreciaciones que tenía desde hace tiempo: (1) se trata de una fuerza política de gran alcance que está fuertemente conformada por la clase media mexicana de la región centro del país; (2) la participación de los jóvenes en esta es escaso.

La clase media que físicamente o en espíritu se viste de rosa son, por cierto, los dichosos ‘aspiracionistas’ que hace seis años optaron por López Obrador y lo llevaron a la silla presidencial. No es cierto que sean los conservadores que con el régimen obradorista vieron afectados sus intereses ni los que buscaban (buscan) perpetuar las terribles desigualdades económicas y sociales que hay en México. Se trata de la clase trabajadora, de profesionistas y de micro y pequeñas empresas en el más estricto sentido de la palabra. Quienes votaron entendiendo que hay grandes diferencias y divisiones en el país, pero que creían que con López Obrador estas disminuirían o desaparecerían. Los que buscan mejorar pero no a costa de otros ni de buscar culpables o villanos. Los que quieren que su salario les alcance para más y que el país sea más igualitario. Esos que fueron traicionados por el obradorismo —y ahora por Claudia— al quererles atribuir el origen de la pobreza y los retrasos que hay en la nación.

Ahora bien, ocurre que al mismo tiempo los jóvenes, que han sido ajenos a los gobiernos federales priistas y panistas y a las contribuciones que hicieron quienes los antecedieron para enfrentarlos, no comprenden esa falsedad que acabo de describir y que repite la Cuarta Transformación a cada oportunidad.

Espero que a partir de lo anterior resulte claro el porqué, independientemente de que la cúpula de Movimiento Ciudadano —empezando por su candidato presidencial, Jorge Álvarez Máynez— trabaje para Morena o no, la estrategia llamarlos a declinar a favor del frente opositor nunca fue adecuada.

El llamado de los candidatos de ‘Fuerza y Corazón por México’, así sea como una última llamada, debe hacerse al voto útil de los emecistas, no específicamente a algún abanderado o dirigente de Movimiento Ciudadano. ¿Pero por qué hacer el llamado a los potenciales votantes de MC? ¡Porque en su mayoría son jóvenes!

Se debe hacer un último intento por apelar a que los jóvenes electores reconsideren su voto y lo dirijan a los abanderados de la coalición conformada por el PAN-PRI-PRD.

¿Cómo convencerlos de la necesidad de unir esfuerzos para contrarrestar esta elección de Estado? Que cada uno de los padres de clase media que conforman esa Marea Rosa le trasmitan a sus hijos la realidad de las cosas. Que les compartan el porqué ellos cometieron el error de votar Morena hace casi seis años.

Es la última llamada para que en familia, y en un espacio de familia extendida, se pondere las implicaciones de que repita la 4t a nivel federal y en el ámbito legislativo: la pérdida de democracia y libertades y el anquilosamiento de una estructura totalitaria que nada hará por reducir las injusticias y desigualdades sociales. Todo lo contrario.

Quienes vivimos la época de un partido hegemónico estamos obligados a decirle a nuestros jóvenes que este hoy habita en Morena.

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