¿Volteará Claudia a ver al resto de los mexicanos?

El debate del domingo pasado estuvo marcado, entre otros elementos, por la altivez de Claudia Sheinbaum frente a Xóchitl Gálvez. Con unos aires triunfalistas y petulantes, la candidata oficial se plantó frente al público, y en ningún momento del debate se dirigió a su opositora por su nombre, y ni siquiera la miró.

Por el contrario, la ha llamado reiteradamente la “candidata del PRIAN”, en su voluntad de neutralizar su mensaje de candidata ciudadana, y de reducirla a ser la postulada de dos partidos que, por sus siglas, no son bien valorados hoy en México.

Bien habría que recordarle a Claudia que nada se ha escrito aún, que no es aún presidente, y que en los debates no representa al jefe del Estado ni a ningún poder, sino que está en igualdad de condiciones ante otros dos candidatos que persiguen el mismo objetivo.

Este gesto ha sido duramente criticado pues trasluce, en opinión de muchos, el talante autoritario de Claudia. Y en algo no se equivocan. Si bien es verdad que es altamente probable que Claudia resultará la ganadora de los próximos comicios, también es cierto que millones de mexicanos votarán por Xóchitl, y que ésta es, a pesar de las descalificaciones hechas en su contra, la candidata de una oposición agraviada, descontenta, insatisfecha y preocupada ante los deficientes resultados de la 4T.

¿Cómo se atreve Claudia a menospreciar a los mexicanos que ven en Xóchitl una esperanza frente a la crisis de inseguridad, de alimentos y de educación? ¿O a los millones de mexicanos que no se identifican con ella ni con su autoproclamada 4T?

¿O que ven en el proyecto de AMLO una regresión democrática sin precedente en la historia del México de las últimas décadas? ¿O a aquellos hombres y mujeres que salieron a la calles de la Ciudad de México a defender al INE y a la democracia?

Al igual que con el gesto autoritario del gobierno de retirar la bandera nacional del Zócalo el día de la marea rosa, el humillante gesto de Claudia hacia Xóchitl pinta de cuerpo entero a un movimiento intolerante caracterizado por la indiferencia hacia millones de ciudadanos que, en ejercicio de su libertad, expresan su rechazo a un régimen que les minimiza y busca echarlos (en palabras de muchos de los correligionarios de la 4T) al basurero de la historia.

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