La intensa y breve vida del magistrade

La vida de Jesús Ociel Baena fue intensa y breve. Su muerte sacudió al Estado de Aguascalientes, provocó la indignación de la sociedad y la reacción de la comunidad LGBTIQ+ en varias ciudades del país.

¿Crimen de odio? ¿Muerte pasional? El misterio cubre la muerte del magistrade y de su pareja sentimental. Las autoridades han sido cautelosas en sus declaraciones.  Tienen razón, de las primeras indagatorias dependerá el futuro de este caso de alto impacto mediático. En estos momentos, las autoridades no pueden descartar ninguna línea de investigación, pero tampoco pueden seguir en la ambigüedad hasta el infinito.

La fiscalía general y el gobierno estatal tienen la obligación de procurar justicia en este caso. Se trata de uno de los mayores retos para la gobernadora Teresa Jiménez en lo que va de su administración.

Vivimos en un país violento, pero no podemos normalizar este tipo de situaciones. Ayer mismo, cuando se conocía de la muerte del magistrade, vimos a través de un video de seguridad como asesinaron a sangre fría a un mando de la policía de Zapopan, Jalisco, en una emboscada ejecutada a la perfección por dos mujeres y dos hombres, sin que hasta el momento se haya detenido a alguno de los responsables.

Con toda razón la comunidad LGBTIQ+ se manifestó en las calles y exigió justicia para Ociel Baena. Son voces que deben ser escuchadas. Lamentablemente México es uno de los países en los que se registran más crímenes de odio.

Sin embargo, las redes sociales, particularmente las de personajes y grupos de la comunidad LGBTIQ+ que medran de la política, ya dieron su veredicto: crimen de odio. Sin ninguna prueba acusan a sus adversarios políticos. Sobre todo, lo hacen con la vista puesta en las elecciones del próximo año y los puestos de representación popular en disputa.

La contaminación del caso con rumores intencionados es el camino más corto para no llegar a la verdad de este caso. La mayoría de los medios trataron adecuadamente los hechos, pero no faltaron las filtraciones que azuzan el amarillismo y el escándalo, que lastiman a los familiares de las víctimas y entorpecen la acción de las autoridades.

Desde hace años, Ociel Baena se definió como persona no binaria, sorteó obstáculos y fue un activo promotor de los derechos de la comunidad LGTBIQ+ . Fue la primera persona en obtener un acta de nacimiento, un pasaporte y una credencial de elector para votar no binarios; así como, la primera persona no binaria en ocupar un cargo en el poder judicial en México.

Ociel Baena fue un activista destacado, particularmente en redes sociales. Publicó fotos y vídeos que fueron aplaudidos por la comunidad LGTBIQ+ , que provocaban beligerantes quejas de los sectores más conservadores de la sociedad.  Vestía faldas, tacones y abanico en las instalaciones del poder judicial. Impulsó la participación de personas de su comunidad en la vida pública.  Su muerte no puede permanecer impune, ni debe ser utilizada por los carroñeros de la política. Eso pienso yo, ¿usted qué opina? La política de bronce.

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