El antisemitismo en México

El condenable antisemitismo se define como el odio, animadversión, rechazo o recelo contra el pueblo judío. No se trata ni remotamente de un fenómeno nuevo en el mundo. Por el contrario, ha existido desde tiempos inmemoriales. En el caso de Occidente echa raíces desde las primeras diásporas impuestas al pueblo judío en el mundo antiguo, acendrado más tarde durante la Edad Media y con la consolidación de los estados cristianos en Europa.

En México, en particular, el antisemitismo data desde la fundación de la Nueva España. Con la llegada de los españoles se estableció en los nuevos territorios la Inquisición, la cual buscaba, entre otros objetivos, la erradicación de todos los elementos “judaizantes”, es decir, pretendía eliminar de la sociedad cualquier filosofía o creencia que buscase “pervertir” la ortodoxia cristiana y “desviar” a los creyentes del camino del adoctrinamiento de la Iglesia católica.

Siglos más tarde, tras el nuevo éxodo de judíos europeos, como consecuencia de las persecuciones y pogromos impuestos por los estados modernos, un número creciente de creyentes de la fe judaica emigraron hacia las Américas. Si bien lo hicieron principalmente hacia Estados Unidos, un número importante llegó con México con el propósito de escapar de las dictaduras europeas y de hacerse un modo de vida prometedor en el nuevo continente.

En el siglo XX, y particularmente en los años previos al estallido de la Segunda Guerra Mundial, el Estado mexicano se mostró escéptico en torno a la recepción de judíos en el país. Quizá derivado del desconocimiento de lo que sucedería eventualmente en los países ocupados por Alemania, el gobierno limitó el número de permisos de ingreso otorgados a judíos a territorio nacional, priorizando otros grupos desplazados por razones políticas como el caso de los refugiados españoles. México, al igual que otros países, fue severamente criticado años más tarde.

El panorama ha cambiado. De acuerdo con el marco normativo vigente, y en particular, con la Constitución general, se prohíbe cualquier forma de discriminación por razones de origen étnico o nacional, género, edad, discapacidades, religión o cualquier otro motivo. (artículo 1º) De igual forma, el Estado mexicano ha avanzado en la protección de las minorías. En este tenor, la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, así como leyes estatales, forma parte del acervo jurídico dirigido a proteger a la comunidad judía de cualquier tipo de discriminación positiva.

Según el INEGI, el número de judíos asciende a unas 60 mil personas; lo que los convierte en una de las principales minorías en México, por delante de la comunidad musulmana, y por detrás, ciertamente, de los grupos cristianos minoritarios como los protestantes y los evangélicos.

A raíz de los atroces sucesos que tuvieron lugar en Israel, y en el contexto de la embestida israelí contra Hamás en la Franja de Gaza, se han reproducido actos de odio contra judíos alrededor del mundo, principalmente en Europa y Asia. Como respuesta a las acciones emprendidas por el estado hebreo, grupos extremistas se han lanzado contra sinagogas, escuelas y hospitales judíos con golpes, insultos y amenazas de muerte.

En México no se han reportado aún casos graves de expresiones de odio contra la comunidad judía en los últimos días. Sin embargo, como he señalado, el antisemitismo no conoce fronteras, por lo que las autoridades mexicanas deberán prestar especial atención a cualquier expresión de odio que pudiese tener como objetivo atentar contra la integridad de una minoría que tanto ha aportado al progreso intelectual y científico en el mundo.

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