AMLO, Claudia, Acapulco: entre bancos, bombas de carbono y buitres sincronizados

Ayer, en El Financiero, Raymundo Riva Palacio dijo que el presidente AMLO, la noche del pasado martes, se fue a dormir en vez de informar a la gente de Acapulco que se acercaba un peligroso huracán.

Hoy, en Milenio, Héctor Aguilar Camín repite el comentario: “El presidente y el gobierno se fueron a dormir sin advertir a la gente ni activar protocolos de atención de desastres”.

Ese es nado sincronizado. Buitres que saben nadar y lo hacen coordinadamente. Les entusiasma pensar que, al fin, encontraron la fórmula para que disminuya la popularidad del presidente Andrés Manuel López Obrador. No ocurrirá, pero el columnismo nacional insistirá en sus calumnias.

Lamentable politización de la catástrofe, no hay la menor duda. Cuando más unidos deberíamos estar, los y las columnistas aprovechan el drama de casi un millón de personas que todo lo perdieron para golpear al gobernante que detestan porque cometió el pecado de haber quitado gigantescas cantidades de dinero a los medios de comunicación.

A pesar de tanta perversidad, no tengo la menor duda acerca de que el gobierno de la 4T conseguirá, como dijo AMLO, “la hazaña de poner de pie de nuevo a Acapulco”. Si alguien ha demostrado capacidad para realizar verdaderas proezas es Andrés Manuel. Imposible olvidar la gesta que le llevó a la presidencia. Fueron muchos años de difícil lucha contra los poderes fácticos, y AMLO los venció. El presidente usará todos sus recursos personales y los del gobierno federal para que Acapulco renazca. Lo logrará porque en la ciudad hoy en ruinas se está haciendo lo que se debe hacer para enfrentar la tragedia.

Ojalá, entre tanto trabajo, el presidente López Obrador se dé tiempo para no solo apoyar a las personas de Acapulco en la emergencia y empezar la reconstrucción, sino también para analizar la verdadera causa de la devastación: el cambio climático. En esta tarea el diálogo de Andrés Manuel con Claudia Sheinbaum puede ser muy importante, ya que ella es experta, reconocida internacionalmente, en la materia.

La 4T deberá replantear sus políticas energéticas. Sin abandonar a Pemex, en el futuro se deberá apoyar más a los proyectos de energías renovables. Como el de Sonora, donde el gobierno de Alfonso Durazo y la presidencia de AMLO están desarrollando la Central Fotovoltaica Puerto Peñasco, la más importante en nuestro país —con sus 2 mil hectáreas de extensión, la más grande de América y la quinta a nivel mundial—.

El problema de tan importantes proyectos de energías renovables radica en que, si no los apoyan gobiernos, en todo el mundo batallan para encontrar financiamiento privado. Lo contrario ocurre con las inversiones en petróleo y gas.

El daño ambiental que hacen los banqueros

Ayer Claudia Sheinbaum se reunió con la Asociación de Bancos de México. No sé si trataron el tema, pero es fundamental y, lamentablemente, el sistema financiero no lo atiende.

La banca está incumpliendo su compromiso de colaborar en la defensa del medio ambiente. Hoy martes, en al menos dos de los medios de comunicación más importantes de Europa —The Guardian, de Reino Unido, y Spiegel, de Alemania— se presentan los resultados de una investigación periodística que exhibe la enorme responsabilidad de los bancos globales en la crisis climática que tanto daño ha hecho, en Acapulco y en muchas otras regiones del mundo.

Cito la cabeza de The Guardian: “Los bancos inyectaron más de 150 mil millones de dólares a las empresas que ejecutaron proyectos de ‘bomba de carbono’ en 2022″.Ahora la de Spiegel: “Cómo los bancos están alimentando la crisis climática con miles de millones en préstamos”.

¿Qué son las bombas de carbono que financia la banca global?

El periodista Alejandro Plaza dijo en luz-gas.es que los efectos de la crisis climática “ya no son futuros”. Tiene razón.

Hasta hace unos años me parecía exagerado lo que se afirmaba sobre el cambio climático. Mi opinión, desde luego, ha cambiado: la evidencia ahí está y, como lo vimos en Acapulco con el huracán Otis, lo que está ocurriendo es simple y sencillamente terrible.

Un día, este año, buscaba información sobre el tema y leí el artículo “¿Qué son las bombas de carbono y por qué vas a odiarlas?” del señor Plaza. Cito su texto:

“Cuando hablamos de bombas de carbono nos referimos a gigantescos proyectos de extracción de gas natural y de crudo que impedirán cumplir los objetivos de París contra el cambio climático”.“Pese a la reciente COP26 de Glasgow, ya hay 195 bombas de carbono en marcha, las cuales emitirán 646 mil millones de toneladas de dióxido de carbono”.“¿Quién está haciendo esto?”.“Exacto, las compañías multinacionales de combustibles fósiles, con el beneplácito de los políticos que sobornan, claro”.“Estas empresas planean más proyectos de explotación y extracción de gas y crudo, lo que provocará la muerte de millones de personas, pero no de cualquier persona, sino de los que vivan en países cálidos como España”.

España es sin duda un “país cálido”, pero ¿más cálido que México?

Leí en el sitio de internet de BBC —y en muchos otros medios de comunicación— que Otis “logró fortalecerse porque se encontró con una zona de aguas oceánicas altamente cálidas, que rondaban los 31°C de temperatura”.

¿Cuál es la playa con el agua más caliente de España? Según El Español es La Gomera, la más pequeña de las islas Canarias. Tiene 22 mil habitantes y la temperatura del agua alcanza ahí los 30°C, poco menos que en Acapulco, donde viven —ahora literalmente sobreviven— más de 800 mil personas.

Supongo que para Claudia Sheinbaum fue interesante y hasta productiva la charla que sostuvo con los banqueros mexicanos, todos tristemente simples gerentes subordinados a los meros meros del sistema que residen en Nueva York, Londres, Madrid, Fráncfort.

Pero la casi segura presidenta de México a partir de 2024, además de hablar con los banqueros locales, deberá voltear a ver lo que han hecho con el clima los jefes de tales gerentes.

Der Spiegel y The Guardian proporcionan bastante información.

Dice el primero de tales medios:

“Desde el verano, el Deutsche Bank tiene tarjetas de crédito fabricadas con ‘PVC reciclable’. Con estas tarjetas ‘ecoplásticas’, el banco quiere ayudar a ahorrar materias primas como el petróleo”.Una burla porque ese banco alemán “financia indirectamente más de un centenar de grandes proyectos de combustibles fósiles”.

Veamos ahora lo que informa The Guardian:

“Los bancos inyectaron más de 150 mil millones de dólares el año pasado en empresas cuyos gigantescos proyectos de ‘bombas de carbono’ podrían destruir la última oportunidad de detener el calentamiento del planeta a niveles peligrosos”.Son “425 proyectos de extracción que pueden bombear cada uno de ellos más de una gigatonelada de dióxido de carbono a la atmósfera”.“Entre 2016 y 2022, los bancos, principalmente en EE. UU., China y Europa, otorgaron 1.8 billones de dólares (conste, billones en español, esto es, millones de millones) en financiación a las empresas que los gestionan, según muestra una nueva investigación”.

Los y las periodistas de tales medios pudieron hacer su trabajo con el apoyo de dos organizaciones francesas sin fines de lucro, Data for Good y Éclaircies.

Tales organizaciones tienen una página de internet bastante interesante, carbonbombs.org. Estoy seguro que a Claudia le apasionará analizarla. Ella ha suspendido sus giras para ayudar a Acapulco, y qué bueno. Cuando las reanude podrá darse tiempo en los trayectos por carretera para estudiar lo que ahí se informa.

También, valdría la pena que Claudia estudiara el reporte “Banking on Climate Chaos 2023″. Sus conclusiones son impactantes: https://www.bankingonclimatechaos.org.

De tal reporte tomé la siguiente imagen:

Ni duda cabe, en la continuidad con cambio de la 4T que plantea la candidatura presidencial de Sheinbaum deberá ponerse el acento en muchas más inversiones en energías renovables. No vale la pena que México contribuya con sus propias bombas de carbono, que las tenemos y son muy dañinas.

Posdata: ¿Qué hacer con los buitres que nadan de forma sincronizada? Refutarlos siempre y no dejar de cuestionarles por su falta de ética, aunque se enojen y chillen diciendo que se les ataca por ejercer el periodismo heroico.

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