AMLO y Claudia: ¿una “estrategia de la tensión” para México?
Antes que nada, quiero reiterar mi solidaridad con los padres y familia de los 43 estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa desaparecidos durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, cuya responsabilidad en este acto atroz es innegable.
El presidente Andrés Manuel López Obrador mostró una templanza típica ante la irrupción de un grupo de encapuchados identificados como presuntos “estudiantes de Ayotzinapa”. En cualquier parte del mundo, un intento de desconocidos por confrontar a un mandatario, habría sido repelido con fuerza extrema. Fallaron los perímetros de seguridad que deben defender a cualquier mandatario democráticamente electo, pero el presidente López Obrador decidió no escalar ante esta provocación y evitar represión o un reguero de sangre, el verdadero objetivo de la misma.
La realidad es que este tipo de acciones son parte del mismo manual de siempre de las “revoluciones de color”, elucubradas por el nefasto Gene Sharp e impulsadas por facciones del gobierno de los Estados Unidos. Solo bastaba con ver la coordinación entre diversos medios tradicionales de México y el extranjero para difundir esta acción y el hecho de que los presuntos estudiantes estuvieran uniformados hasta con los mismos tenis de una marca deportiva alemana.
Desde hace semanas los voceros mediáticos de la derecha vienen anunciando una escalada de guerra sucia, una “estrategia de la tensión” para intentar restar popularidad a AMLO en su recta final y, según ellos, bajar a Claudia Sheinbaum en las encuestas. No funcionará, pero es muy peligroso que se cuelguen de causas legítimas como la de los padres de Ayotzinapa para hacer sus operativos. Estaremos atentos para denunciar esta y otras provocaciones.
