Avanza reforma en UAdeO; en la UAS equivocan estrategia

Pensaba que la semanera del gobernador Rubén Rocha Moya sería sobre temas del orden público y de gobierno, como siempre, y tal vez algo de política, por la visita de la Dra. Claudia Sheinbaum. Pero los dirigentes universitarios de la UAS aparentemente tenían otros planes.

Y es que temprano se comenzó a ver una movilización de un grupo de jóvenes estudiantes, personal docente y administrativo de Casa Rosalina para “manifestarse” en Catedral.

A pregunta expresa sobre ello, el mandatario fue bastante claro en su respuesta e hizo un llamado para que “se tapen la cara y no los vean que andan defendiendo a corruptos”.

Y en efecto, una más que importante mayoría de jóvenes sabían exactamente lo que hacían en esa movilización. Los estudiantes no terminan de comprender por qué deben manifestarse para defender una autonomía que no está en riesgo. No conciben tener qué salir a las calles para evitar que funcionarios sean procesados por cargos relacionados con corrupción.

En la lógica de los estudiantes, jóvenes, irreverentes, transparentes y leales, es normal que, si alguien es señalado de corrupción, sea investigado, procesado y castigado. En la misma lógica, entienden que no tiene razón de ser su movilización.

Sin embargo, conceden. Porque la autoridad les pide salir a la calle. No pueden negarse. Sus calificaciones y su grado profesional podrían verse comprometidos. Sería una lástima que un estudiante reprobara una materia, perdiera su beca o el semestre por no acudir a una manifestación. En la cúpula universitaria no les importa. Los jóvenes a las calles para “molestar” al gobierno.

Lo mismo para administrativos y docentes. Las becas al desempeño, las horas base, carga de materias, puestos administrativos, todo depende de apoyar irrestrictamente a la dirigencia universitaria, y a su partido político, el PAS. Los contrapesos son impensables. La directriz es unidireccional. Arriba mandan, abajo obedecen.

El pueblo sinaloense conoce del cacicazgo y control que se ejerce sobre la UAS. No hay nada oculto bajo el sol. Y me parece que más temprano que tarde eso habrá de cambiar. Los dirigentes universitarios enfrentan serios procesos penales por presuntos actos de corrupción. Los más sonados han sido las compras millonarias de tortillas y carne durante la pandemia, cuando las casas de estudiantes estaban desocupadas.

De ahí que se han venido sumando carpetas y más carpetas. De las cuales, a los ex rectores y ex miembros del comité de adquisiciones aparentemente no les apura esclarecer. Han hecho hasta lo imposible para postergar su cita con la justicia. Si de verdad fueran inocentes, desde el primer día habrían comenzado a presentar pruebas y limpiar su nombre.

Han comenzado ataques sistemáticos en redes sociales hacia el mandatario y su equipo. Al mismo tiempo, comenzaron una especie de “guerra de guerrillas” con manifestaciones pequeñas en las calles, primero en la Fiscalía General del Estado, en Mazatlán y ahora en Catedral; ambas provocando caos vial en la ciudad. Considero que la estrategia que siguen les hunde cada vez más. Pues el grueso de la población ve con malos ojos el sentirse molestados en su día a día con manifestaciones para ‘defender’ a presuntos corruptos.

Esa misma estrategia contempla enviar mensajes dobles. Por un lado, piden dinero a gobierno del estado y por otro, admiten no tener recursos ni para nómina. Ello no hace más que dejar patente su pésima gestión. No obstante, aún cuando el gobernador autoriza recursos para la UAS, desde rectoría eligen responder con ataques para el mandatario.

Las vocerías de la UAS y su cacicazgo acusan desde el día uno persecución política. Lo único que sucede es que los jerarcas universitarios están siendo presa de sus propios errores. El tiempo, irremediablemente se les acaba.

Por otro lado, nos comentan que en el H. Congreso del Estado ya trabajan para dictaminar las iniciativas presentadas por diversos académicos y grupos universitarios para reformar la Ley Orgánica de la Universidad Autónoma de Occidente.

Ojalá que la comunidad universitaria de la UAS voltee a ver lo que los “linces” han logrado presionando al rector, a la comunidad misma y al Congreso para hacer valer la democracia al interior de su institución. Espero que la disidencia lince no se detenga en su movimiento y continúe empujando por la participación democrática, la justicia laboral y mejores condiciones para estudiantes.

Si la UAdeO logra sacar una reforma de avanzada, con verdadera vocación democrática, que logre una ley que regrese el poder de decisión a la comunidad universitaria en pleno, la UAS no debería quedarse atrás. La muestra estaría puesta y en los paralelismos entre ambas instituciones, Casa Rosalina quedaría bastante rezagada en cuanto a democracia se refiere.

Son unos y otros, a ver si no resultan iguales.

Vanessa Félix en X: @vanessafelixmx

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