Dos a uno en cualquier escenario

Como sabemos, ha comenzado un nuevo año y lo que será, no hay duda de ello, el ejercicio más grande de la historia en México, por los puestos de elección que se jugarán. A través de ese esquema, se renovará el ejecutivo federal y ambas cámaras legislativas, sin olvidar las nueve gubernaturas que, de igual forma, tendrán relevo institucional. El punto es que, en gran proporción, Morena es el favorito para llevarse la silla presidencial y mayoría en la cámara alta, así como en San Lázaro. Al mismo tiempo, se llevarán puntos claves como Tabasco, Chiapas, Puebla, Veracruz, CDMX, Morelos y Jalisco. De hecho, tiene grandes posibilidades, en una de esas, de conquistar Yucatán y Guanajuato. Ojo con ello.

Son, sin lugar a dudas, las posiciones claves que Morena ganará. Basta con revisar las últimas encuestas que se han publicado. Todas ellas, sin excepción alguna, le dan una cómoda ventaja a Claudia Sheinbaum. Hablamos de las metodologías con mayor credibilidad del país. Es decir, aquellas que, en procesos pasados, tuvieron el menor margen de error y fueron las más exactas, siendo un punto de referencia de la magnitud que ha ido acumulando la precandidata de Morena. Solo por mencionar un ejemplo, Sheinbaum arranca el año con una ventaja de dos a uno a su favor. Un tramo demoledor para el Frente, que los pone contra las cuerdas a unas semanas de que se oficialice el arranque de las campañas.

Volviendo al tema clave, Morena tiene todas las condiciones dadas. Y lo digo de esa forma por lo que se viene en puerta. Sabemos que la oposición vive una debacle, que difícilmente superará por más intentos de propaganda que pongan en marcha. De hecho, esa será la tónica ante la falta de argumentos del Frente para competir. Se volcarán a la guerra sucia a través de una red coordinada en las plataformas de publicidad y redes sociales. Eso lo sabemos de antemano. El problema para la derecha es que, esas estrategias perniciosas, han dejado de ser útiles para incidir en la votación de la población civil. Lo vivimos en la elección pasada; nada, absolutamente nada, impidió una determinación que tomó el pueblo de México. Incluso, la sociedad se volcó para manifestar el respaldo a López Obrador.

Eso mismo está sucediendo con Sheinbaum. La inmensa mayoría de la población, aunque a la oposición no le guste, continúa apoyando el proyecto de transformación. Así como en 2018, el país vivirá el mismo fenómeno social. Claudia ganará y hará historia en calidad de la primera mujer presidenta constitucional de México. De hecho, el imponente paso que lleva, así como la plataforma que sigue construyendo con personajes claves como Ricardo Monreal, Tatiana Clouthier, Adán Augusto y Mario Delgado, están haciendo la diferencia. Eso, por supuesto, abre el compás para que Morena gane por segunda vez consecutiva la joya de la corona. O sea, la presidencia de la república.

Sé, como millones de mexicanos, que esa concepción nutrida de fundamentos sólidos, como las encuestas, no les gusta a los conservadores. Ayer, por ejemplo, leí con atención muchas columnas de opinión. Muchos expertos, con una reflexión muy atinada, anticipan el triunfo inminente de Morena. Sin embargo, hay quienes todavía le dan chances a Xóchitl. Sí, así como se escucha. No me sorprende la lectura, porque la mayoría de ellos son detractores del ahora presidente López Obrador. Es decir, juegan en la cancha del Frente.

Sin ir más lejos, Morena está en plenitud y, con ello, atraviesa su mejor momento político. Claudia Sheinbaum, en ese sentido, ha capitalizado lo que significa refrendar el triunfo electoral, y lo que conlleva cargar con el bastón de mando que le heredó el presidente Obrador. Eso lo ha demostrado con las decisiones que ha tomado y con la unidad que ha sabido encauzar en el seno morenista. Por eso ganará la elección.

No hay, ya lo dijimos, ninguna elección cerrada por más que la busquen los opositores. Xóchitl está derrotada y, el más claro ejemplo de ello es la ventaja de dos votos a uno a favor de la causa de Claudia Sheinbaum. Estamos hablando de más de 30 puntos de ventaja, un techo que, a estas alturas, es imposible de superar.

A propósito, las encuestas de enero, en algunas entidades, fortalecen más el proceso presidencial de Claudia. Es claro: estados como Tabasco, Chiapas, Veracruz y Guerrero promedian la mayor intención del voto a nivel nacional. Tan solo en el sur del país, Eduardo Ramírez, quien por cierto ha logrado cerrar filas con todos los partidos de izquierda en aquel territorio, tiene una proporción del voto de más del 66%. Eso, por supuesto, se puede incrementar una vez que inicie la precampaña. De hecho, el coordinador de los senadores de Morena, nos cuentan, estará presente en la plenaria de Morena. Aunque, de manera paralela, no para hacer trabajo político y de base. Para no ir más lejos, el “Jaguar Negro” será el sucesor de Rutilo Escandón. O sea, el futuro gobernador constitucional de Chiapas.

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