¿Ha llegado el momento para Xóchitl de presentarse como mujer de Estado?

Sí, sí. Se entiende que Xóchitl Gálvez es una mujer nacida en el estado de Hidalgo, de orígenes indígenas, que vendía gelatinas y que con el paso del tiempo se convirtió en una mujer exitosa que fue capaz de crear una empresa que le ha permitido garantizar un patrimonio para ella y sus hijos.

Sin embargo, nada de ello ha resultado como lo esperaban los estrategas de su campaña. A la luz de todas las encuestas de opinión, y en razón de cualquier percepción política, la campaña de Xóchitl Gálvez pasa por un mal momento. Aquellas emociones iniciales suscitadas tras su intención de buscar la Presidencia de México han desaparecido por completo. Pocos recuerdan ahora la escena de la senadora tocando las puertas de Palacio Nacional. Todo ha quedado en el olvido.

Por lo tanto, si no se presentan sucesos extraordinarios que cambien dramáticamente las intenciones de opinión, Claudia Sheinbaum ganará las próximas elecciones presidenciales con mayoría absoluta, y si tienen suerte, alcanzarán las deseadas dos terceras partes del Congreso.

Mientras los eventos siguen su curso, Xóchitl y su campaña permanecen impasibles. ¿Creen sinceramente que hablar con vulgaridad y desear un México “chingón” será suficiente para revertir las tendencias de opinión? ¿Piensan que imitar el estilo de Vicente Fox tendrá los efectos deseados?

¿No sería mejor idea de que Gálvez se presentase como una mujer competente que tiene la capacidad para resolver los problemas del país? ¿No consideran que sería una mejor idea cambiar la estrategia de campaña? Parece que no. Por el contrario, la campaña de Xóchitl se muestra sosa, boba y sin estrategia.

Claudia, por su parte, a pesar del gran número de cuestionamientos que puede suscitar su filiación a la 4T y su lealtad a su padre político, se ha comportado como una mujer científica que, a pesar de no tener el carisma de AMLO, es capaz de retener el aura de la popularidad heredada por el tabasqueño. Sí, queda claro que la intención de voto hacia Claudia llega por las siglas de Morena y no por la personalidad de la candidata. Pero, al final, lo que cuentan son los votos.

Si bien ha quedado claro que Xóchitl busca contrarrestar el mensaje populista de la 4T argumentando que ella viene “desde abajo” y que se identifica con el “pueblo” con sus recurrentes groserías (en ocasiones, vulgares) quizá ha llegado el momento de que la senadora se presente al electorado como una verdadera mujer de Estado. Ello podría producir- quizá- un cambio.  De lo contrario, caerán al despeñadero.

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