¡Feliz Navidad!
Irreverente
Les platico:
Este domingo, con un sol y buen clima, inusuales aquí para estas fechas, Santiago, mi hijo menor, me acompañó a la montaña, donde cada vez que hacemos cumbre no queremos bajar.
La Sierra Madre, esplendorosa, nos llamaba y así sin más, aquí nos tienen, detonándoles de manera peculiar una feliz Navidad.
Abajo dejamos todo aquello que atribula a este mundo convulsionado por el frenesí de la desmedida información que nos aleja de los esenciales del ser humano.
No suelo festejar la Navidad como muchos otros la hacen, porque los motivos de esta fecha los celebro todos los días.
Las cosas se ven muy diferentes desde la montaña.
Abajo queda de lo que en cierta forma queremos alejarnos.
El ritual de pedirle permiso a la montaña para escalarla nos lleva a lo más fundamental de la especie: la hermandad.
Cajón de sastre:
Desde la cumbre de la Sierra Madre Oriental, les deseamos lo mejor de este mundo, hoy, mañana y siempre…