Pam Bondi y Ernestina Godoy

Como es bien sabido, Ernestina Godoy encabezará la Fiscalía General de la República los próximos nueve años. Su nombramiento por parte del Senado no solamente ha sepultado para siempre cualquier aspiración de autonomía, sino que plantea serios cuestionamientos en relación con los desafíos para la funcionaria.

Pam Bondi, Fiscal General de los Estados Unidos, a pesar de que goza de autonomía en relación con el presidente Donald Trump, ha seguido fielmente los dictados de la Casa Blanca. Por un lado, ha hecho hincapié en la necesidad de llevar ante la justicia a narcotraficantes mexicanos, como han sido los casos del Chapo, su hijo y del Mayo, y por el otro, se ha especulado en torno a una probable solicitud de intercambio de expedientes con el exfiscal Gertz Manero. En todo caso, se sabe bien que Washington tiene como absoluta prioridad el combate contra el crimen organizado.

Ernestina Godoy, por lo tanto, se encuentra ante una encrucijada. En primer lugar, deberá atender las necesidades de la presidenta Claudia Sheinbaum y de la cúpula morenista en relación con el seguimiento o eliminación de los expedientes según convenga a sus propios intereses. Si bien hoy permanece en el terreno de la especulación, puede anticiparse que la Fiscalía mexicana no perseguirá los probables delitos federales cometidos por personajes como Adán Augusto López, el almirante Ojeda, y si se quiere, algún otro miembro conspicuo de la élite morenista hoy refugiado en una apacible quinta en Palenque, Chiapas.

En segundo, y de allí se desprende la verdadera problemática para Godoy, deberá prestar atención a las exigencias del gobierno estadounidense, y muy en particular, de la fiscal Bondi. Las dos fiscalías, ambas sujetas a las directrices dictadas por los presidentes Trump y Sheinbaum, deberán compartir información en torno a temas como el huachicol fiscal, el narcotráfico y demás delitos del orden federal que golpean en ambos lados de la frontera.

Bondi podría exigir a Godoy –como se especula lo hizo con Gertz– intercambiar los expedientes, o si se quiere, iniciar investigaciones o procesos en contra de los incómodos personajes de la clase política mexicana.

En suma, Ernestina Godoy, cuyo futuro en la FGR dista de ser halagüeño, deberá atender las prioridades de la presidenta Sheinbaum, pero a la vez, prestar oídos a lo que su homóloga Pam Bondi tenga que exigir, de acuerdo a las instrucciones de Trump, con el propósito combatir con mayor eficacia el crimen organizado. Al tiempo.

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