¿Está tomando antibióticos? Entonces lea esto, por favor
¿Qué pensaría si le dijera que, si usa mal su antibiótico, este en vez de curarle, puede causar daños a su salud? Por ejemplo, si usted se lo toma incompleto, si en vez de tomárselo 8 días se lo toma 5 y lo deja porque “ya se siente mejor”. O peor, si usted se está tomando el antibiótico que quedó en un cajón cuando se enfermó hace un año de lo mismo y dice “para qué voy al doctor, me tomo lo mismo de la vez pasada y ya”.
Estas y muchas otras situaciones pueden dañar su salud, debido a un problema llamado “Resistencia Anti-Microbiana” o RAM. Esta se presenta cuando las bacterias que causan enfermedades se vuelven resistentes a los antibióticos debido al mal uso o al abuso de estos medicamentos.
La RAM es uno de los problemas sanitarios más apremiantes a nivel mundial. El Reporte Anual de Higiene y Salud 2023 de Essity, la empresa para la que trabajo, tiene datos que lo demuestran. Por ejemplo, las enfermedades resistentes a los medicamentos podrían causar 10 millones de muertes al año para 2050. Esta cifra es casi diez veces las muertes en todo el mundo por accidentes de tránsito (1.3 millones al año). Y son 2 millones más muertes de las que hoy causa el cigarro (8 millones de muertes al año). De ese tamaño es el problema.
Otro dato impactante: más del 70% de las bacterias que causan las enfermedades son resistentes a al menos uno de los medicamentos más comúnmente utilizados para combatirlas. La ciencia avanza a pasos agigantados y cada día se inventan nuevos antibióticos. El problema es que las bacterias evolucionan más rápido. Así, por más que haya nuevos antibióticos, los virus y bacterias siempre van un paso adelante.
¿Qué pasa si seguimos así? Nuestro “Reporte de Higiene y Salud 2023″ dice que, en el futuro, es probable que se produzcan más pandemias y que los medicamentos que hoy tenemos en nuestro arsenal científico no sean eficaces para detenerlas.
Ante esta situación, tenemos que hacer tres cosas muy importantes.
Primero, hay que usar los antibióticos de manera responsable. Esto significa siempre seguir las indicaciones médicas: Tomar antibióticos únicamente cuando sean recetados por un profesional de la salud y seguir las instrucciones de dosificación y duración del tratamiento exactamente como se indican. También evitar compartir medicamentos con otras personas o utilizar antibióticos sobrantes de tratamientos anteriores. Y algo muy importante en México: no automedicarse. No usar antibióticos sin prescripción médica ni para tratar enfermedades virales como resfriados o gripe.
Segundo, practicar una buena higiene y prevención de infecciones. Lavarse las manos regularmente con agua y jabón durante al menos 20 segundos, especialmente antes de preparar alimentos, después de usar el baño y al entrar en contacto con personas enfermas, es tan importante como realizar un correcto secado de manos con toallas desechables de papel para una buena higiene. También mantener al día las vacunas recomendadas por profesionales de la salud para prevenir enfermedades infecciosas, lo que puede reducir la necesidad de antibióticos.
Tercero: educación y concientización. Hay que informarse sobre la resistencia antimicrobiana: Aprender más sobre el problema de la resistencia antimicrobiana y su impacto en la salud humana y animal, así como compartir esta información con amigos, familiares y la comunidad.
En Essity hacemos la parte que nos corresponde como empresa enfocada en la salud y la higiene. Por ejemplo, tenemos desde 2017 una alianza con la Fundación de las Naciones Unidas. Trabajamos para proponer e implementar estrategias dirigidas a educar al público sobre este desafío global. Otro ejemplo de lo que Essity hace es el desarrollo de nuevos productos para evitar el uso indiscriminado de antibióticos. Fabricamos mejores productos para el cuidado de las heridas, a fin de reducir la carga biológica en las lesiones, lo que ayuda a reducir el uso y el abuso de antibióticos.
En suma, la resistencia antimicrobiana es una crisis global que requiere acción inmediata y coordinada. Solo mediante un esfuerzo conjunto de instituciones de salud, educación, profesionales médicos, pacientes y empresas podremos enfrentar este desafío y proteger la salud presente y futura de la humanidad.