Comunidad del Edomex lucha contra la crisis que provocó el cierre del Nevado de Toluca

En el municipio de Zinacantepec, Estado de México, la comunidad de Raíces atraviesa una crisis económica sin precedentes debido al cierre indefinido del Parque Nacional Nevado de Toluca. Esta localidad, situada a las faldas del volcán, ha dependido históricamente del turismo como su principal fuente de ingresos. Sin embargo, desde hace más de dos meses, el flujo de visitantes desapareció por completo, dejando a decenas de familias sin sustento.

La situación se originó el 5 de agosto, cuando un accidente vehicular en la zona del Nevado dejó once personas heridas y una fallecida. Tras el siniestro, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) ordenaron el cierre total del parque, sin ofrecer una fecha para su reapertura. Desde entonces, el comercio local colapsó. Los vendedores de antojitos típicos, como elotes y esquites, así como los pequeños locatarios que dependían de los visitantes, han visto reducidas sus ventas hasta en un 80 %.

Calles vacías, puestos cerrados y rostros preocupados reflejan la desesperanza de una comunidad que sobrevive día a día. Muchos comerciantes han tenido que cerrar sus negocios por varios días seguidos, mientras otros permanecen abiertos con la esperanza de que algún visitante llegue por casualidad. El delegado de la comunidad, con casi dos décadas como comerciante, lamenta que el impacto económico sea devastador y que no existan medidas de apoyo gubernamental.

A diferencia de otros cierres temporales, esta vez la clausura ha sido indefinida. Los habitantes denuncian la falta de comunicación por parte del gobierno municipal y estatal, así como la ausencia de programas de ayuda o estrategias para mitigar los daños económicos. “El gobierno debe hacer algo por el pueblo. Este lugar es un pasadizo al volcán y un centro turístico importante. No pueden dejarnos así”, reclama el delegado.

Ante el abandono institucional, los comerciantes hacen un llamado a los turistas para que continúen visitando la comunidad, aunque el acceso al cráter permanezca restringido. Raíces aún ofrece paisajes únicos, aire puro y hospitalidad, así como su gastronomía tradicional. “De ustedes comemos nosotros”, expresan los pobladores, apelando a la solidaridad de quienes alguna vez disfrutaron del lugar.

Mientras el Nevado de Toluca sigue cerrado y las autoridades guardan silencio, Raíces se mantiene en pausa, esperando una respuesta. Sin apoyo ni certezas, sus habitantes resisten, aferrándose a la esperanza de que los visitantes regresen y devuelvan la vida al corazón de su comunidad.

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