La prensa y Claudia Sheinbaum: ¿En dónde va a vivir?

Lo que vi ayer en la mañanera con el encontronazo entre la periodista Reyna Haydee Ramírez y el presidente de todos los mexicanos me dejó reflexionando bastantes cosas; quizá a ustedes les sucedió lo mismo. No es la primera vez que se da un encuentro duro y sostenido entre ambos.

Hace muchísimo tiempo que Reyna no había asistido a la mañanera. Alguna vez leí que confesó que “no la dejaban pasar”. Me parece incluso que lo dijo y lo afirmó dentro de una mañanera también.

Jesús Cuevas siempre fiel al presidente, el que organiza quien entra y sale de Palacio Nacional para cuestionar, o no al presidente, supongo se vio presionado para darle acceso a Reyna quien, sabiéndose lo aguerrida que es habrá estado solicitando poder acceder a la mañanera desde hace bastante  tiempo.

Pero el prohibírselo para siempre, hubiera tenido consecuencias muy negativas para AMLO pues la periodista compartiría que la entrada a la mañanera le habría sido negada.

Y el presidente que se las da de que adora la libertad expresión y de que prohibido prohibir y demás, pues bueno, tuvieron que darle acceso…

Evidentemente no le habrá hecho gracia al gran líder de la nación ver ahí a Reyna. Sabe que lo ha puesto a sudar en numerosas ocasiones y que esta no sería la excepción.

Pero pareciera  que con el paso de los años y del desgaste natural  del presidente en este sexenio su paciencia ha ido disminuyendo cada vez más.

De modo que las anteriores veces que Reyna asistía a la mañanera el presidente sabía sortear los embates de los cuestionamientos de la reportera. Incluso alguna vez le dijo que le agradaban esos tipos de debates porque se ponían “interesantes”… Pero, como todo, ya dejaron de ser interesantes para el presidente de todos los mexicanos.

Francamente ayer se le veía de mal humor, contrariado e irritable. Insisto, no es cosa menor: Seis años cuestionándole la prensa acerca de  todos los tropezones que ha tenido en su gobierno y ahora más, en medio de futuras elecciones que le vengan a decir y a señalar sus desatinos, lo ponen en un estado vulnerable e irritable porque ahora es el momento cuando más debe de trabajar en limpiar su imagen.

Aunque quisieron salvar el momento del encontronazo dándole la palabra a otra reportera, por cierto, porrista de la 4T, la cosa es que es ya muy evidente y se les nota que se les salió de control.

Ya no funcionan los periodistas a modo, que están ahí como piezas de ajedrez para salvar y rescatar  al presidente de momentos bochornosos, ese truco también se les desgastó porque se le ve extremadamente forzado.

Seguramente pasará  muchísimo tiempo para que Reyna regrese a la mañanera.

La pregunta es: ¿Qué va a pasar ahora con las Sheinbaumañaneras?

Hay algo que le admiro al presidente (creo que es lo único): Tiene bastante control y dominio de sí mismo. Pocas veces lo he visto explotar ante periodistas que le cuestionan duramente.

Sabe mantenerse ecuánime, respondiéndoles los batazos con lo que puede y con lo que le sale en ese momento aún cuando diga tonterías o justificaciones absurdas, pero no lo he visto llegar a explotar. Digo, sería el colmo, es el presidente de todos los mexicanos.

Pero me parece que Claudia sí es más propensa a explotar o a la ira. Me parece que tendrá que trabajar muchísimo en ello. Y creo que hay de dos caminos: O se esfuerza en no perder el control ni la paciencia ante cuestionamientos de la prensa que la coloquen en un estado vulnerable que la haga sentirse acorralada, o Noroña, sustituyendo al guapísimo de Jesús Cuevas, se pondrá en la entrada de Palacio Nacional como cadenero de antro de moda para ver quién sí entra y quién no.

Porque al parecer, por supuesto que Claudia Sheinbaum no dejará a un lado las mañaneras, la famosa “continuidad de la Cuarta Transformación ” las incluye.

La duda es en donde vivirá siendo presidenta y si será en nuestro Palacio Nacional… Ojalá que no. Que ya lo desalojen para que ciudadanos y extranjeros podamos gozar de la majestuosidad de este recinto . Dudo que nos lo cedan, pero quizá Claudia tenga más vergüenza que AMLO. En eso tengo esperanza.

Claudia tiene unos meses más para irse entrenando con la prensa. Dar entrevistas a personas que no la cuestionen ni la interroguen es crearle escenarios muy artificiales, donde a ella misma se le ve también artificial pues se le nota inexpresiva y acartonada.

El reto será que acepte ser entrevistada por todos los medios que se lo soliciten pero también como ciudadanos, estar atentos de que no se le agreda o se le ataque de más, con tal de llevarla al límite. Porque eso no sería justo ni válido.

Pero sí, tiene que empezar a haber un especie de entrenamiento para enfrentarse con entrevistadores y entrevistadoras que no precisamente serán porristas de ella.

Una entrevista con Reyna Haydeé sería espléndido y es que, no me pueden negar que Reyna es una gran reportera y periodista, que sabe hacer uso de la palabra con mucho respeto, sin llegar a ser agresiva ni déspota. Sabe ser inteligente y se dirige al presidente de manera cordial, frontal, respetuosa y directa.

Claudia debe de tener suficiente inteligencia emocional para poder saber responder cuestionamientos que le incomoden y pensar que tampoco es que sea algo personal contra ella.

Evidentemente será esperable que esto pase y para ello Claudia debe de estar preparada. No para esquivar dichos cuestionamientos sino para responderlos. Puede que las respuestas no sean las esperadas por todos quizá pero la franqueza tendrá que ser un distintivo de Claudia Sheinbaum.

Veremos qué sucede.

Es cuanto.

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