Juan Pablo Adame, vida eterna para un político ejemplar
Hace unos días, Juan Pablo Adame anunció que entraría a la etapa de cuidados paliativos. Enfrentaba al cáncer desde hace meses, de una manera siempre transparente, reflexiva y abierta.
Su solidaridad con las personas que padecen cáncer y su calidez para hacer de lo ordinario algo extraordinario marcaron su camino. Hace unos días, un “vaso de agua fría” hizo tomar conciencia sobre lo privilegiados que somos quienes podemos beberla.
Josefina Vázquez Mota, senadora, en el pleno dio lectura a una carta escrita por Juan Pablo, en la que comparte que el cáncer no cedió pero su fe tampoco, por lo que en la etapa de cuidados paliativos confiaba su vida a Dios y sus tiempos:
“Mis oncólogos han sido muy generosos conmigo, han puesto lo mejor de sí para curarme hasta este momento pero el cáncer no dio tregua. Toca entrar a cuidados paliativos, decidimos tomarlos desde casa, ese espacio de amor y seguridad que hemos construido Eli y yo durante nuestro matrimonio. Sé que me acompañarán con sus oraciones, pensamientos y con todo el amor que me han dado hasta el día de hoy a mí, a Eli, a María, a Rodrigo y a Inés”.
Su padre ha anunciado que Juan Pablo ha partido. Más allá de su destacada y congruente carrera política desde el trabajo juvenil y legislativo en Acción Nacional desde donde no hubo identificación, quisiera enaltecer su nombre destacando su profundo ejemplo ético, filosófico y humano.
Durante el breve lapso en que Adame fue senador, presentó una iniciativa de ley que en su honor tendría que ser aprobada. La propuesta contempla que existan licencias laborales para quienes acompañan a quienes enfrentan cáncer así como una mayor asignación presupuestaria que garantice tratamientos para enfrentar el padecimiento.
Hoy solo pienso en la enorme lección que la estatura moral y humana nos brinda Juan Pablo, la orgullosa memoria en sus hijas y familia por la dignidad, sensibilidad y reflexiones, pues estoy segura que vivir la vida al máximo exigiendo atención, medicinas, presupuesto y cuidados para quienes enfrentan esta lucha es lo que hubiera deseado. Pidiendo hospitales dignos y atención para todas y todos, medicamentos disponibles, camas y familias asistidas.
En honor a Juan Pablo, vivir con conciencia, dignidad y solidaridad. Descanse en paz, Senador.