Claudia Sheinbaum, portadora de la transformación

La implicación proactiva ha sido uno de los elementos cruciales para que México progrese en las políticas públicas. Si realizamos un comparativo o un balance previo al 2018, y este, se observa una notable diferencia en todos los aspectos. En realidad, actualmente la nación ha progresado de manera gradual. Es cierto que al inicio de la administración de Andrés Manuel López Obrador, la presión fue extremadamente intensa, ya que existía una crisis institucional heredada del conservadurismo que, en la actualidad, atraviesa muchos aprietos de identidad y liderazgos, bastante marcados, por cierto.

Por ejemplo, el mismo AMLO tomó el país prácticamente en un descalabro financiero; los servicios públicos, igualmente, mostraban irregularidades; no se diga el escaso progreso en obra e infraestructura que, indudablemente, fue inexistente. Por lo tanto, fueron periodos complicados al inicio del proceso de transformación, que ha logrado hallar la brújula para superar las dificultades, especialmente cuando se fueron posicionando las necesidades primordiales de la sociedad. Es evidente que uno de los mayores logros fue expandir el alcance a los diversos segmentos de la población civil mediante una cultura de integración, utilizando, naturalmente, estrategias de comunicación efectivas.

Y, pese a que sorteó momentos complicados al arranque de AMLO, hoy podemos decir que México, con una presidenta que está a la altura de cualquier circunstancia, ha ido avanzando positivamente y, lo mejor, profundizando las políticas públicas. Temas como la seguridad siguen siendo prioritarios, incluso en la mayoría del país, sin embargo, la coordinación y el apoyo de los gobiernos estatales ha surtido efecto en el descenso de la inseguridad. Es decir, las estrategias puestas en marcha, sumadas al esquema de reconstrucción del tejido social que han implementado desde la Secretaría de Gobierno, siguen cosechando resultados significativos, de acuerdo con las evaluaciones.

Ahí, por ejemplo, tenemos que destacar el gran trabajo que viene realizando la titular de gobernación, Rosa Icela. Fue, sin lugar a dudas, un gran acierto de Claudia colocarla en SEGOB. Además de generar una estabilidad en las políticas públicas, en la Secretaría de Gobernación han brindado esa atención que, en otros años y administraciones pasadas, era prácticamente inexistente.

En efecto, la participación social es, en este momento, el punto clave para ir resolviendo la problemática. En ese sentido, las giras que ha efectuado la presidenta constitucional, además de ser un órgano de interlocución eficiente, son un mecanismo que ha sabido tener presencia en la sociedad y, lo mejor de ello, resuelve las inquietudes del colectivo. Eso no solo es tarea del gobierno federal, sino una gestión óptima en las entidades, que han solicitado atención para el tema, pero, sobre todo, multiplicar esa política de ayuda. Dicho en otras palabras, los servicios públicos han adquirido mayor fuerza. De hecho, un gran acierto de Sheinbaum, como tal, ha sido no bajar la guardia; es decir, seguir impulsando la salud, la obra y la infraestructura, que son acciones que, por cierto, han venido a darle un giro total al territorio nacional.

Todo eso, en principio, pasó bajo la combinación de una serie de elementos. El primero, claro está, el mérito que tuvo el expresidente López Obrador en apostar en ella, lo que de hecho, ha mostrado desde sus inicios en los ambientes políticos, eso sí, con una clara finalidad: construir las condiciones para un proyecto de nación democrático, plural y humanista en este segundo piso.

Vale la pena, desde luego, recordar cada uno de esos momentos emotivos que, como sabemos, han cambiado la vida pública del país. Podemos ver, por ejemplo, como se ha ido mejorando la calidad de vida de los ciudadanos no solamente por la implementación de los programas sociales, sino por los servicios que ha puesto en marcha el gobierno. Estamos hablando de obra e infraestructura, lo mismo que avances en educación, salud, campo y seguridad. Eso, incluso, se ha ido comprobando con las propias estadísticas que se muestran a través de distintas instituciones encargadas de evaluar el desempeño del gobierno, y consolidándose en la medida que pasa el tiempo. A más de cinco meses, por cierto, Claudia Sheinbaum tiene más del 84% de aprobación ciudadana gracias a su visión y política pública, pero sobre todo al desempeño que ha concretado.

Hacerlo, por supuesto, es parte del compromiso que signó en tiempos de campaña. Eso, en pocas palabras, se ha transformado en acciones que vienen mejorando la calidad de vida. Siendo así, hablamos de políticas públicas muy eficientes, en especial de Sheinbaum, siendo la portadora o, mejor dicho, la heredera del bastón de mando.

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