Luciana Langoni: “Siempre existe la dualidad del bien y el mal”

Prescindiendo del kafkiano L.M. que antecedía a su apellido en el seudónimo con el que firmó sus primeros libros, la escritora mexicana Luciana Langoni volvió a su nombre de pila para publicar Maga de sangre, título que inaugura la biblioteca Otros Mundos de la editorial Hachette. 

En entrevista con este medio –al que recibió acompañada de la félux salvaje Nickza en su hogar– la también autora de Moprayla contó que Maga de sangre llegó a la editorial gracias a la gestión de su agente literaria; y aseguró que el camino que ha transitado desde su publicación en junio pasado ha sido gratificante. Antes, sin embargo, había que volver al origen, tratar de comprender la cercanía de Luciana con el género fantástico.

El origen de lo fantástico

“Fue hace muchos años, más o menos en el 2007, 2008 cuando me aventuré a escribir fantasía”, rememora la autora sobre su acercamiento a la literatura fantástica y su formación. “Yo no estudié literatura, estudié medicina, pero siempre me había gustado todo lo fantástico, todo lo relacionado con la magia, con mundos distintos. Y al inicio leía mucha novela romántica y de pronto empecé a descubrir todas las novelas de fantasía, y hubo una serie que me encantó, de Laura Gallego, y cuando empecé a leerla dije: ¡yo quiero escribir esto!”, añade.

Antes, confesó, escribía cuentos e incluso poemas cuando la alcanzaban la melancolía o el dolor que no salen sino escribiendo, y entonces no sabía cómo escribir algo de más largo aliento, o hacia dónde dirigirse, empero, comenzó a escribir una novela. 

“A la par tuve esa consciencia de decir: necesito un poco de formación, necesito saber cómo se estructura una historia, cómo crear personajes, y me metí a cursos de literatura y magia, de escritura fantástica, de creación literaria, y después hice un curso de primera novela”, dice antes de recordar que ya había escrito entonces su primera novela y estaba en el proceso de escribir la segunda.

“Y así fue como empecé”, detalla. “Sabía que la fantasía era mi género porque me encantaba entrar en estos mundos al momento de leer una novela de fantasía y estar ahí. Siempre he pensado que a veces nuestro mundo puede ser un poco aburrido y el hecho de poder crear algo nuevo, con situaciones que tenemos en el día a día en nuestro mundo, me pareció muy interesante y poder jugar con todos estos elementos: la magia, la energía y demás”.

La conjunción de la magia y la vida misma

“Yo creo que cada vez hay más gente que cree en la reencarnación”, espeta Luciana en la conversación que tenemos en el patio de su hogar, cuando le pido nos cuente cómo es lograr la conjunción de temas a veces ninguneados (como la magia) con elementos de la vida misma:

Para reencarnar, tienes que morir. Entonces, el generar una idea en la que los protagonistas mueran y reencarnen en este mundo nuevo, a mí me pareció muy cierto, es verdad: puedes reencarnar en cualquier universo, en la tierra… En este caso [el de la novela], el universo es la Segunda Tierra y lo quise hacer así, quise crear un mundo similar al nuestro pero en una tierra más prehistórica, pero con ecosistemas que conocemos: el hielo, la sabana, el desierto, justo para que se sintiera más real.

“Y en un espacio donde la magia obviamente tuviera vía libre, donde podemos utilizar esos elementos fantásticos, basados también porque –recuerda– Maga de sangrela magia más importante es la magia de sangre, y para crear esta magia en este mundo me basé mucho en tradiciones que tenemos en nuestro mundo”, explica antes de enumerar las diversas cultural del globo, como los vikingos, los mayas, la religión yoruba, la brujería de cerco, entre otras.

Consciente de que su novela es fundamentalmente arquetípica (en el mejor de los sentidos) en el sentido de su construcción, Luciana lo ve como una oportunidad de acercarse a los lectores, pues señala:

“Creo que siempre utilizar ciertos arquetipos nos ayuda a tener esa familiaridad. Por ejemplo, creo que el que está mucho más claro es (el personaje de) el mago animal, el típico mago tipo Gandalf, el mago sabio, el mago viejo, el mago que sabe por dónde, que siempre tiene las respuestas. Y yo creo que todos tenemos un guía de ese estilo en nuestra realidad, ya sean nuestros abuelos o nuestros padres o alguna persona que hemos conocido en el camino.

“La gente que ya tiene cierta edad tiene una sabiduría especial, y por eso quise incluir y hacerlo tan evidente el arquetipo de este mago, que en realidad es el que acompaña a la protagonista durante casi toda la historia, el que la guía. Pero, por otro lado, también es como muy realista y él sabe por qué a Kouzel, la reencarnación de Julieta en la Segunda Tierra, la abandonan en medio del territorio de los bárbaros a merced de estas criaturas que son súper salvajes”, comenta.

Siempre existe la dualidad del bien y el mal. Pero, en este caso, aquí tenemos dos antagónicos: está el jefe del territorio del hielo, que están obsesionados con exterminar a los magos, y está este mago oscuro superpoderoso que se llama Yasban, que también es un mago de sangre [como la protagonista] (…). Creo que ahí le doy un poquito un cambio a la historia donde dos antagónicos están luchando entre sí, y ella (Kouzel) se ve enmedio de una situación que no sabe para dónde, porque además se reencuentra con ese amor que tuvo en su otra vida y este amor es un cazador, y además ella recuerda su vida pasada con él y él no la recuerda”, explica la también autora de El Bestiario de L. M. Langoni.

Construir los personajes

La autora mexicana reconoció que “sufrió”, en cierta medida, construir el personaje de Kouzel, “porque al final, ella está aislada durante sus primeros 19 años de vida y está bien, o sea, ella está en plan de ‘ok, aquí estoy, no pasa nada’, (y) empieza a ver como su familia: a este mago animal como su abuelo, y a este mago vidente como su padre, aunque no se refiere a ellos como tal”. 

Confiesa que cuando escribió Maga de sangre se sentía así, como la protagonista: totalmente aislada, porque, cuenta, “acababa de perder a la primera perra que tuve y fue muy duro, fue un golpe muy fuerte para mí, y me aislé, y no quería salir, y no quería ver a nadie”.

En contraparte, dijo haber disfrutado la escritura de la félux, Nixa, y recordó una de las criaturas que aparecieron en el bestiario que publicó en 2017, donde prácticamente la criatura ya estaba dibujada. “Ya tenía el dibujo de cómo eran los félux” recuerda. 

Coordenadas literarias

Consciente de su evolución como escritora, asimismo de la humildad que considera deben tener, habló brevemente de cómo ha visto el tiempo pasar a través de sus libros y cómo ha sentido que ha crecido como autora. Cómo, a pesar de los años, siguen cometiendo errores, dice. “Siempre creo que necesitamos ese ojo experto que nos ayude a ver ese tipo de errores que estamos cometiendo y nosotros como escritores dejamos de ver”, puntualiza.
La posibilidad de que la historia continúe –más allá de que es posible porque el final es abierto–  dependerá mucho de las lectoras y los lectores. Si bien Luciana dice que no la planeó como una saga, sabe perfectamente cómo va a continuar.
Dentro de sus referencias literarias se encuentra la escritora española Laura Gallego (de quien nos habló al principio), la estadounidense Lainy Taylor, Brian Weiss (por los temas de la reencarnación). Específicamente para Maga de sangre, leyó también mucho sobre comunicación interespecie, especialmente a Marta Williams.

Maga de Sangre se presenta hoy, 28 de febrero, en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, a las 18:00 horas, en el Auditorio Sotero Prieto.

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