México y EEUU, suicidio económico

Mientras México comete graves errores en su relaciones internacionales y su política interna, Trump sigue sin entender el impacto de su política de aranceles, una medida política unilateral cuyos alcances y repercusiones impactarán en temas comerciales y económicos de ambos países.

Cualquiera pensaría que para enfrentarlo, en México hay un gobierno fuerte que puede controlar la economía, con mayorías absolutas y un partido hegemónico, casi como el Partido Comunista soviético. La realidad es que no se sabe quién controla a quien al interior del régimen, donde parece haberse entablado una guerra que supera la voluntad de la presidenta.

México se rezaga

Al navegar en sentido contrario a la democracia, colaboración y Estado de derecho, México ha desaprovechado la oportunidad de negociar con un gobierno estadounidense desesperado por regresar al control de la economía mundial de la mano de sus aliados.

Nuestro país ya presenta una fuerte caída en inversión extranjera directa, nulo crecimiento, salida de capitales, caída de empleos formales y, en general, una pérdida de confianza a nivel internacional y frente a nuestros socios naturales, EEUU y Canadá.

Trump también se equivoca

La hegemonía comercial de Occidente se ha visto desafiada en las últimas décadas por el rápido crecimiento de las economías asiáticas, lideradas por China. Como explicó Paul Krugman, la brecha económica entre Oriente y Occidente se convirtió en un asunto político.

Ante este desafío, los republicanos llevaron al poder a Trump, un presidente enérgico y dogmático que prometió recuperar el dominio económico de EE.UU. Para lograrlo, ha impuesto presiones a sus aliados —México, Canadá, Europa y Australia— buscando replicar estrategias como las de China: gobiernos fuertes y sacrificios de consumo en favor del crecimiento.

Sin embargo, su enfoque presenta un error de cálculo. La manufactura que Trump quiere devolver a EE.UU. representa solo una fracción del valor de los productos. La mayor parte de las ganancias proviene de patentes, marcas, comercialización y logística, sectores que generan los empleos mejor pagados.

Más que imponer aranceles y barreras, EE.UU. debería centrarse en fortalecer su liderazgo en innovación y comercio global.

México se mata solo

Nuestro país no ha sabido aprovechar la oportunidad del nearshoring, de hecho, mientras otros paises captan inversión, aquí se toman decisiones que alejan a las empresas y a ello se suma la falta de infraestructura, energía cara y políticas poco claras que generan incertidumbre entre los inversionistas que podrían trasladar su producción a México.

Por otro lado, en lugar de fortalecer la relación comercial con Canadá y otras potencias, México ha tomado decisiones políticas y económicas que complican la atracción de capital.

Al presentar el Plan México, la presidenta reconoció que nos urge crecer y que sólo lo lograremos con inversión privada, sobre todo de capitales estadounidenses, canadienses y europeos. Sin embargo, esa postura choca con las reformas que matan la certeza jurídica de la inversión; favorecen a la oligarquía nacional, el comercio con China y se vuelven permisivas ante la impunidad y el crimen organizado.

En otras palabras, México comete errores graves en su relación con China y con Trump. De seguir con esta dinámica, ambos países terminarán dañando sus economías y el impacto mayor será para México al ser más débil y dependiente.

Si bien los criterios que impulsan a Trump atienden los criterios geopolíticos, su estrategia en política comercial se vuelve errática al insistir en los aranceles sin medir consecuencias que podrían golpear el comercio global y la manufactura en su país, algo que ya sucede aún antes de aplicarlos, el simple temor aleja las inversiones y crea una burbuja que al estallar afectará gravemente a ambas naciones.

Medidas históricas como deportar narcos, combatir el crimen, cerrar la frontera o aceptar migrantes, quizá agraden en Washington, pero no se puede ignorar que las leyes secundarias recién aprobadas no generaron un ápice de confianza o de certidumbre jurídica al mercado global.

El riesgo de un suicidio comercial

En lugar de fortalecerse como aliados comerciales, EE.UU. y México se encaminan a un suicidio comercial colectivo.

Para México, la solución está en atraer inversión con una estrategia clara, infraestructura competitiva y una diplomacia económica efectiva.

¿Estamos perdiendo el nearshoring y nuestra economía? Todo indica que sí. Urge corregir el rumbo antes de enfrentar una crisis aún mayor.

X: @diaz_manuel

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