Boeing sacrifica a Pope
Definitivamente, los años más recientes de Boeing, la fabricante norteamericana de aviones, no han sido los mejores, por decirlo de manera aterciopelada. Han vivido verdaderas hecatombes financieras en los últimos años, y a manera de apretado resumen, me refiero a momentos concretos.
Al interior de la armadora, se habla mucho de que junto con la absorción que Boeing hizo en 1997 de la constructora aeronáutica McDonnell Douglas también “fusionó” una política que permeó de tal manera, que terminó echando por la borda el lustre de la propia Boeing. Dicho de otra manera y en buen español, los analistas aseguran que terminó poniendo las ganancias por encima de la seguridad aérea.
Para rescatar y limpiar los graves problemas en la fabricación de los equipos 737MAX, Boeing puso al frente de su dirección de operaciones a la especialista en finanzas Stephanie Pope, nombrada en diciembre del 2023.
La junta directiva, y el entonces director de Boeing, Dave Calhoun, vieron en ella a la candidata ideal. En diversas entrevistas y en prensa dijeron que ella era “una gran trabajadora, buena oyente, hábil para sonsacar información e ideas a los empleados y hábil para crear consenso, una jefa excepcional”.
Confiaron en que ella contaba con todas las cartas credenciales para reparar las fisuras dentro del equipo de fabricación de dicha aeronave; además, le encomendaron la función de “calmar” a los clientes, y sobre todo mejorar las condiciones anímicas de los trabajadores; podríamos resumir que ella contaba con una excelente visión a futuro para Boeing.
Pero a pesar de todos sus esfuerzos, Boeing anuncia, en un comunicado fechado el 19 de febrero, que Stephanie Pope deja el cargo de directora de operaciones. Además en dicho documento la armadora aprovechó para informar a la Comisión de la Bolsa de Valores de los Estados Unidos de Norteamérica de otras modificaciones en su organigrama interno, y de cómo quedará su junta directiva.
Sin embargo, Stephanie Pope seguirá laborando dentro de la fabricante Boeing, pero con el cargo que tenía antes, el de vicepresidenta ejecutiva. Se supone que es con la finalidad de que enfoque todas sus baterías en la administración de la Boeing Commercial Airplanes (BCA) bajo la dirección del director ejecutivo Robert “Kelly” Ortberg.
Por el momento la fabricante de aviones Boeing no tiene pensado colocar a alguien en el cargo de director de operaciones. De igual manera, dentro de este comunicado se informó que Mike Delaney, quien se encarga de la seguridad aeroespacial (CASO, por sus siglas en inglés) está planeando su próxima jubilación, por lo tanto, quedamos a la espera del anuncio del reemplazo que ordene Robert Ortberg.
Se informó que Sabrina Soussan no se presentará a la reelección en la próxima junta de accionistas; ella fue directora ejecutiva de Suez, S.A., grupo francés que opera principalmente en los sectores de tratamiento de aguas, la gestión de residuos y mantenimiento, y que desde 2023 había ocupado una de las 12 sillas de la junta directiva de Boeing.
Al respecto Boeing expresó en el comunicado: “La decisión no se debió a ningún desacuerdo con la empresa sobre ningún asunto relacionado con sus operaciones, políticas o prácticas. En relación con esta decisión, la junta aprobó una reducción en su tamaño, que entrará en vigencia a partir de la Reunión Anual de Accionistas de 2025”.
Veamos todo el contexto, en función de que el papel asignado a Pope era el de limpiar los platos rotos. Y para decirlo claramente, queridos lectores, ¿cuál era el papel que desempeñaba esta mujer al ser “la segunda al mando” de Boeing?, ella dirigía la unidad de fabricación de las aeronaves, además de ser la encargada del mejoramiento de la seguridad, y de incrementar la producción de las aeronaves.
No me quiero ver “sospechosísta” (parafraseando a Santiago Creel), pero no me dejan de otra: para mí, este movimiento de piezas tiene que ver con el retiro de las políticas de inclusión que echó para atrás el gobierno de Trump; y que el encargado de “adelgazar” al aparato burocrático, Elon Musk, ya comenzó a utilizar la motosierra que le regaló el fantoche que se hace llamar presidente de Argentina, Javier Milei.
A pesar de que Boeing se ha ido recuperando, y en el mes de enero de este año por fin pudo entregar 45 aeronaves, a diferencia de los 30 que entregó en el mismo periodo, pero de 2024, hay que decir con toda honestidad que todavía sigue sin levantar bien la cabeza.
Pero eso no es todo, el líder del nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental de los Estados Unidos, Elon Musk, ha estado presionando a Boeing con el tema del par de aviones Air Force One, e incluso ha metido su cuchara para “acelerar” la fabricación de los aviones del presidente Donald Trump.
Así es que lamentablemente las cosas no pintan muy bien, y requerimos de más tiempo para ahondar más en el tema. Mientras, la “Asociación Internacional de Pilotos de Aerolíneas” (ALPA, por sus siglas en inglés) hizo público un pronunciamiento dejando claro que no está de acuerdo con la solicitud que recientemente realizó Boeing, ante la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés).
Boeing busca que se le permita no hacer una demostración del software “stall-management yaw damper (SMYD)”, para verificar que sí están cumpliendo con todos y cada uno de los procesos, así como de los estándares de seguridad, ya que los modelos B737MAX -tanto el 7 como el 10- están en un proceso de certificación.
No mostrar este software aceleraría la producción de las aeronaves, así como su aplicación en modelos que actualmente ya están volando, como son los MAX 8 y 9.
Así va la telenovela de Boeing; desde mi óptima siguen sin entender ni tener claro cuáles deben ser sus prioridades. Sí, sabemos que se dedican a la fabricación de aviones, pero las ganancias nunca deben de estar por encima de la seguridad. Parece increíble que no lo hayan aprendido.
X: @xime_garmendia