Gertz, Sheinbaum y el periodismo tóxico
Era una bomba, decían —decíamos— en las columnas políticas. Ahora parece que exageramos mucho más que bastante. Convencida de que no era para tanto, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, dejó que la situación la aclarara, no de inmediato, el fiscal Alejandro Gertz Manero.
La sencilla explicación del fiscal —en 15 palabras, según Ciro Gómez Leyva, de Excélsior— pudo haberse conocido desde el viernes de la semana pasada, cuando el diario Reforma, con amarillismo excesivo, dio a conocer la carta de Ismael Zambada: “Pone El Mayo ultimátum: me repatrian o el colapso”.
No habría habido mayor embrollo si Gertz Manero hubiera dicho el mismo viernes sus famosas 15 palabras: “El procedimiento a que se refiere esa persona es un procedimiento que ya se cumplió”.
Claudia decidió recurrir al suspense (“expectación impaciente o ansiosa por el desarrollo de una acción o suceso”). Por tal motivo, lo que la presidenta dijo el viernes fue: “El fiscal tiene ya una carpeta incluso abierta en este sentido y, si les parece, el martes, que es el informe de seguridad, que nos pueda decir cuál es el avance, qué información se le ha pedido al gobierno de los Estados Unidos y qué es lo que procede en este caso”.
Que la respuesta no fuera inmediata se interpretó en la prensa como una terrible crisis, inclusive como el fin del segundo piso de la 4T. Así de sensacionalistas los y las columnistas de México. Tristemente, de nuevo atacó con toda su perversidad el periodismo tóxico.
El alboroto mediático tuvo tres aspectos positivos:
Desenmascaró a abogados que presumen cercanía con Morena. Juristas regulares y malos —si actuan así no pueden ser buenos— que se habían especializado en tomarse fotos con gente poderosa para incluirlas en sus catálogos informales de servicios para ser contratados por delincuentes con mucho dinero y mayor culpabilidad. Ni modo, ahora perderán clientela, y qué bueno porque el derecho no debe ejercerse con influencias reales o inventadas, sino con respeto y amor a las leyes.Exhibió a los aliados de tales litigantes en el partido de izquierda, como el impresentable diputado Pedro Haces. El sainete deberá ser aprovechado por la presidenta de México para llamar a los fumigadores, ya que el morenismo necesita urgentemente deshacerse de numerosos bichos oportunistas.Dejó ver que hay columnistas con el alma maquillada de pura farsa —esta expresión la tomé del poema Periodismo tóxico de Andrea Fergón—.
Quienes especulaban que con el escándalo iba a caer la popularidad de Claudia Sheinbaum, en una de esas se llevan la sorpresa de que crezca la aprobación de la presidenta en las encuestas, ya superior al 80%, algo realmente nunca visto.