Náhuatl en secundarias de la CDMX

Clara Brugada, jefa de gobierno capitalino, anunció hace unos días que los estudiantes de secundaria podrían tomar clases de náhuatl de manera extracurricular, es decir, en forma opcional, sin que fuera materia obligatoria, sin que apareciera en la boleta de calificaciones, solo por el gusto de enriquecer su bagaje cultural.

La propuesta de Brugada es muy acertada y se dio en el marco del Día Internacional de la Lengua Materna, celebrado el pasado 21 de febrero, cuyo objetivo principal es preservar la diversidad cultural y el patrimonio inmaterial de la humanidad.

Resalto la importancia de este hecho porque en México, desde hace varios años, el sistema educativo ha privilegiado el aprendizaje de idiomas como el inglés en el currículo de los estudiantes de secundaria y ha omitido las lenguas originarias de nuestro país, e incluso las ha prohibido, con el riesgo de que se extingan.

De concretarse la propuesta de Brugada, en 78 escuelas secundarias de la capital podrían enseñar náhuatl, lengua que hablan más de millón y medio de personas en territorio nacional, según datos del INEGI.

Parecen muchos, pero en realidad son poquitos.

En México, aunque parezca increíble hay personas a las que les estorba o les molesta que las lenguas originarias sigan vivas y si por ellos fuera harían como que no existen los 7 millones 364 mil 645 personas de 3 años o más que hablan alguna lengua indígena. Por fortuna existe el otro lado de la moneda, una mujer que tiene el combo completo para llenarnos de orgullo: joven, indígena hidalguense, ingeniera y matemática. Su nombre es Gabriela Salas Cabrera y consiguió nada más y nada menos que incorporar el náhuatl a una de las herramientas tecnológicas más importantes del mundo: Google Translate.

Gracias a Gabriela esta lengua indígena se encuentra en una de las plataformas de traducción que más se utilizan a nivel mundial. Triunfo que debemos reconocer y valorar.

Llama la atención que la propuesta de Clara Brugada haya sido tan criticada en redes sociales, principalmente por personas que aparentan ser cultos, interesantes, o fifís y viven endiosados con lo que dice la derecha o ultraderecha de este país.

Su ignorancia es supina y bastante abochornante.

Critican que se quiera enseñar náhuatl en las escuelas, pero aplauden que se prohíban los celulares en adolescentes, como ocurrió en Querétaro, siendo que, como dije en otro comentario, la tecnología bien utilizada es una herramienta importantísima en la educación.

¿Y si enseñan náhuatl y los guían para usar el traductor de Google en su aprendizaje? Suena bien, ¿no?

La propuesta de Brugada es parte de los esfuerzos del gobierno federal por hacer de nuestro país una gran nación, más de lo que ahora es, rescatando y conservando nuestros orígenes. El reto es hacer que nuestras lenguas persistan, se expandan y se conozcan en cada rincón del planeta. Para allá vamos, si no se baja la guardia. Al menos el náhuatl ya está en el traductor de Google gracias a una joven y talentosa indígena mexicana, quien sigue enfocando sus energías para que se rescaten más lenguas en peligro de extinción. Qué contraste. Unos quieren ver morir sus raíces y otros se desvelan tratando de rescatarlos con orgullo y dignidad. Así pasa. Usted valore cuál de estos dos bandos es más ignorante.

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