El Mayo, Morena y las pruebas testimoniales

Según ha trascendido, y de acuerdo a lo que ha sido informado por el gobierno de Estados Unidos y los medios de comunicación, las acusaciones hechas contra Genaro García Luna en Nueva York derivaron de pruebas testimoniales, léase, de dichos de narcotraficantes.

En otras palabras, a juicio del jurado que sentenció al exsecretario de Seguridad, y a criterio del propio juez federal que se hizo cargo del caso, fueron suficientes las declaraciones de unos personajes para condenarle a prisión. No se discute ni debería estar sujeto a debate, pues en el derecho penal estadounidense las pruebas testimoniales son aceptadas en un caso, mismo si no existen otras como videos, fotografías o comprobaciones de transacciones bancarias irregulares.

El caso de El Mayo Zambada presenta nuevas implicaciones. Por un lado, ha trascendido que el criminal podría, en el curso de su juicio, involucrar al expresidente AMLO, a miembros de su gobierno, o quizás, a algún funcionario de la presente administración. Queda sujeto a la especulación, empero. Sin embargo, sí que suena hoy en la opinión pública tras las acciones tomadas por Washington en relación con los carteles de la droga y por las polémicas declaraciones de altos funcionarios sobre una supuesta connivencia entre el gobierno mexicano y las asociaciones criminales.

Si lo hiciese El Mayo, y así fuera a dado a conocer por los medios, mismo sin una acción penal iniciada por el Departamento de Justicia, sus dichos gozarían de la misma validez y legitimidad que aquellos que hundieron a García Luna el año pasado.

Sería, dicho de otro de modo, una bomba nuclear lanzada contra un régimen cuyo eslogan publicitario ha sido abanderar la honradez y no mentir. Se trataría, si se quiere, del fin del discurso de la 4T; principalmente porque se caerían a pedazos los ataques lanzados contra el gobierno de Felipe Calderón y el involucramiento de García Luna con el cártel de Sinaloa; no porque fuesen falsos, sino porque ellos mismos habrían operado de la misma manera.

La presidenta Claudia Sheinbaum, por su parte, ha vuelto a traer el nombre de Anabel Hernández: reportera que ha investigado durante años al cártel de Sinaloa, y que señaló en el pasado tanto a García Luna como al propio expresidente AMLO.

No se sabe, y ni siquiera se pueden conocer hoy las decisiones de El Mayo y de sus abogados. Lo que sí es un hecho es que algo se cocina en el entramado político conducido por el criminal, el gobierno de Trump y altos funcionarios del gobierno mexicano.

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