“Aquí está su presidenta”. Claudia contra el poder absoluto que crea monstruos absolutos

La primera frase del título de esta columna —aquí está su presidenta— es de Claudia Sheinbaum. Ayer, en un video dijo: “A nuestros hermanos y hermanas, mexicanas, mexicanos en Estados Unidos, quiero decirles que aquí está su presidenta y un pueblo entero para defenderles”.

La otra frase del encabezado del presente escrito — el poder absoluto crea monstruos absolutos— la leí en un libro que consulto a veces, Séneca, cortesano y hombre de letras, de Francisco Socas.

Dice el autor Socas que Séneca fue el Sócrates de Roma. Ambos pensadores, con mala fortuna, enfrentaron a estados opresores. El griego Sócrates a una tiranía “encarnada en el voto y la asamblea”, que, pese a todo, era un sistema que algunas garantías ofrecía. El romano Séneca vivió en el centro de un “monstruoso estado mediterráneo, inmenso y riquísimo, gobernado por una autocracia militar que con escasos reveses aplastaba cualquier veleidad rebelde en el interior y cualquier amenaza en las fronteras”.

Séneca se las vio con el poder absoluto: “Y ya se sabe que el poder absoluto engendra monstruos absolutos”. El filósofo se suicidó. Había sido condenado a muerte por el emperador Nerón, pero por su estatus social se le dio la oportunidad de quitarse a sí mismo la vida —lo que quizá le ahorraría algunos horrores—.

Me queda la duda de si fue del todo exitoso el suicidio de Séneca, ya que se cortó las venas de los brazos y los pies, pero no murió de inmediato, por lo que pidió veneno, que tampoco lo mató —la cicuta no le hizo ningún efecto, dice Wikipedia—. Finalmente falleció en un baño caliente: padecía asma y el vapor lo asfixió.

Por peligroso que pueda resultar, a los déspotas se les enfrenta con decisión y valentía. Claro está, se le puede ganar al poderoso si se cuenta con apoyo popular. Será el caso de Claudia Sheinbaum.

En la guerra comercial que Donald Trump ha lanzado contra México, Canadá y China, nuestra presidenta no está sola —tampoco lo está la gente de origen mexicano que en Estados Unidos sufre persecuciones de parte del nuevo gobierno—.

En México, Claudia tiene el respaldo de la clase política, los grupos empresariales y sobre todo del pueblo que en forma aplastante la apoya. En el tracking diario ClaudiaMetrics, hoy lunes 3 de febrero, la aprobación de la presidenta Sheinbaum es de 76.3%. También una mayoría bastante amplia considera que ella podrá lidiar adecuadamente a Trump.

Por cierto, ha fallado en su compromiso con México parte de la prensa mexicana, que en el mejor de los casos busca mantenerse en una inaceptable posición de neutralidad. A esa prensa conviene recordarle lo que decía el Apocalipsis acerca de quien no toma partido ni por el frío ni por el calor, sino que prefiere la comodidad de la tibieza: “Te vomitaré de mi boca”.

Por fortuna Claudia Sheinbaum no está sola ni en México ni en Estados Unidos. Las empresas del vecino país del norte rechazan los aranceles que pretende imponer el presidente Trump. Cito una nota de ayer de dos corresponsales del diario británico Financial Times, Aime Williams, quien trabaja en Washington, y Joshua Franklin, en Nueva York:

“Donald Trump enfrentó una reacción violenta de grupos empresariales y de algunos miembros de su propio partido republicano después de iniciar una guerra comercial al imponer fuertes aranceles a tres de los mayores socios comerciales de Estados Unidos”.“Las asociaciones comerciales que representan a los bienes de consumo, el petróleo, los comestibles y los fabricantes de automóviles se alinearon para advertir que los nuevos aranceles de Trump… aumentarían los precios para los estadounidenses y causarían caos en las cadenas de suministro”.

Es la posición de mucha gente en Estados Unidos, como el político de izquierda Bernie Sanders y, muy destacadamente, la de quienes dirigen un periódico identificado con la derecha empresarial, The Wall Street Journal, al que Trump ha atacado.

Hace un par de días, el consejo editorial del WSJ publicó un texto maravilloso: “The dumbest trade war in history”

(“La guerra comercial más tonta de la historia”). Trump acusó a ese diario especializado en finanzas de liderar el “lobby arancelario”.

Hoy, el consejo editorial de The Wall Street Journal respondió a Trump con otro brillante escrito: “The Dumbest Trade War Fallout Begins”. Y es que, sin haberse todavía implementado los aranceles, ya se sienten las consecuencias más estúpidas del totalmente estúpido proteccionismo que fascina al presidente Trump. Cito al WSJ:

Canadá y México prometen represalias a los aranceles de Trump, “en medio de una nueva incertidumbre económica”.Trump reconoció que puede haber “algo de dolor” en Estados Unidos por los aranceles a México y Canadá, pero aseguró que “eventualmente conducirán a una nueva era dorada”.“Es amable de su parte prometer un futuro glorioso porque el dolor ya se está manifestando. Y los aranceles entrarán en vigencia hasta el martes”.“Las malas políticas tienen consecuencias perjudiciales, independientemente de que el señor Trump decida admitirlo o no”.“Trump no puede derogar las leyes de la economía”.“Los aranceles son impuestos, y cuando se grava algo, se obtiene menos de ello”.“Trump quiere que trabajadores y empleadores estadounidenses se sacrifiquen”.El consejo editorial de The Wall Street Journal espera —desde luego sin optimismo— que nadie pierda su trabajo o su negocio antes de que llegue la edad de oro.Los aranceles de Trump ya afectan a los mercados energéticos de América del Norte, “altamente integrados”.Según Trump los aranceles reactivarán la industria manufacturera estadounidense, pero Jay Timmons, director de la Asociación Nacional Manufacturera, piensa lo contrario: trastocarán “las cadenas de suministro que han hecho que la industria manufacturera estadounidense sea más competitiva a nivel mundial”.Los aranceles también “podrían debilitar el espíritu empresarial”.

Hoy hablará Donald Trump con Claudia Sheinbaum y Justin Trudeau. El solo hecho de que vaya a existir comunicación significa que el presidente de Estados Unidos podría rectificar.

Confío en la capacidad de Claudia para hacer que Trump entre en razón. Como todas las personas extraordinariamente inteligentes ella es muy persuasiva. Le va a ayudar a la presidenta mexicana el hecho de que, evidentemente, se ha entendido con el presidente de Estados Unidos en anteriores conversaciones; lo demuestran las palabras siempre amables de Trump dirigidas a Sheinbaum.

La presidenta de México hasta podría beneficiar a Canadá, si en su diálogo con Trump el primer ministro Trudeau fracasa, lo que podría ocurrir: no hay química entre ellos.

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