Humanismo mexicano: ‘No venimos a ganar una guerra, venimos a construir paz’

“No me inviten a una marcha en contra de la guerra; si es a favor de la paz, entonces iré”, dijo en su momento la madre Teresa de Calcuta.

Poco se ha entendido históricamente esta respuesta de la religiosa que propuso “amar hasta que duela” y dedicó su vida a ayudar a los más desprotegidos y cuidar a los enfermos. En nuestros tiempos menos podemos entender lo que nos dijo la también ganadora del Premio Nobel de la Paz en 1979 porque estamos acostumbrados a combatir la violencia con más violencia.

Y es que Agnes Gonxha Bojaxhiu, nombre real de esta luchadora social que fue beatificada por el papa Juan Pablo II y canonizada por Francisco en 2016, le dio al clavo: asistir a manifestarse contra la guerra era apoyar la existencia de la guerra; trabajar en favor de la paz, era construir la paz.

A Teresa le tocó vivir la llamada guerra de liberación de Bangladesh en 1971 y en lugar de manifestarse en contra decidió apoyar a mujeres violadas, cuidar de los huérfanos y velar por los moribundos.

Diminuta de estatura pero con una fortaleza espiritual y física impresionante, santa Teresa de Calcuta dejó un enorme legado para la humanidad, incluso para aquellos que se autonombran escépticos o ateos, pues ser empático con el dolor ajeno va más allá de practicar cualquier religión.

Humanismo mexicano

A escasos días de que la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, informe en el Zócalo capitalino sobre sus primeros 100 días de gobierno, en la conferencia mañanera de ayer jueves la titular de la Secretaría de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, expuso con claridad las estrategias que ha puesto en marcha el gobierno federal para la atender las necesidades de las comunidades que son azotadas por el crimen en nuestro país, sobre todo en Tabasco, Guanajuato y Chiapas, sin olvidar el Estado de México, Tijuana y por supuesto Acapulco y Chilpancingo, en Guerrero.

La funcionaria federal añadió que hay 37 dependencias que trabajan diariamente de la mano de los tres órdenes de gobierno y que se han puesto en marcha más de 100 programas para ayudar a aquellos que viven en precariedad y sufren los estragos de la violencia.

No sólo eso: anunció que este viernes 10 de enero se pondrá en marcha la estrategia “Sí al desarme, sí a La Paz”, sin duda un paso enorme para evitar que los mexicanos tengan en sus hogares armas de fuego, que pueden privar de la vida a niños, ancianos, mujeres y ocasionar cualquier tragedia familiar, incluso por accidente.

Los ciudadanos, empezando por los habitantes de la Ciudad de México, podrán canjear sus armas en forma anónima y voluntaria y recibirán dinero en efectivo, cuyos montos van de los mil a los 25 mil pesos. Muy buenos para usarlos en alimentación, algún arreglo en casa o emprender un pequeño negocio.

Supongo que alguno que otro se escandalizará al saber que hay personas que tienen armas de fuego en sus casas y dirán que solo los delincuentes pueden tenerlas, pero nada más alejado de la verdad.

El programa de desarme voluntario funcionó en años anteriores con bastante éxito, incluso acompañé a una amiga que perdió a su padre y el señor tenía en su casa alguna pistola y un rifle antiguo, que ella decidió llevar por temor que sus hijos pequeños pudieran encontrarlos, con consecuencias fatales.

Este tipo de estrategias sirve y mucho. Si alguien quiere quitarse un problema de encima y echarse a la bolsa algo de dinero, es buena idea que lo haga.

La estrategia “Sí al desarme, sí a La Paz” es solo una de las acciones que el gobierno de México implementará para frenar el crimen y disminuir los índices de homicidios en el país.

100 días de gobierno con reducción de homicidios dolosos

En Palacio Nacional se dio la noticia: como resultado de la Estrategia Nacional de Seguridad, en los primeros 100 días de gobierno de Sheinbaum los homicidios dolosos han disminuido en 16.3%, cifras que corresponden al periodo comprendido entre septiembre y diciembre del año pasado.

Esta reducción, según nos explicó la secretaria Ejecutiva del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Marcela Figueroa Franco, obedece a que hubo una baja en el índice de víctimas de este delito: de 87 en septiembre a 72.8 víctimas en diciembre. Este último mes de 2024 fue el que tuvo menos víctimas de homicidio doloso.

Es claro que esta tendencia debe ir a la baja y así lo expuso la presidenta, quien se pronunció porque se continúen atendiendo las causas y no hacer apología de la violencia.

Construir la paz y no ganar una guerra, estrategia contraria a la que implementó Felipe Calderón en su sexenio, es uno de los principales retos del actual gobierno y los frutos comienzan a verse.

Es innegable que a Claudia le tocó estar al frente de un país complejo, con muchos lugares plagados de violencia, pero a 100 días de su gobierno se está trabajando para pacificar el país.

No sé si la presidenta o parte de su gabinete como la Secretaría de Gobernación estén de acuerdo o no con la frase de la madre Teresa de Calcuta. No dudo que la conozcan o hayan escuchado, son personas cultas y el legado de la hoy santa trasciende en el tiempo y en el espacio.

Quizá me alegarán que en un Estado laico no se deben crear estrategias que parafraseen aquello de estar a favor de la paz y en contra de la guerra incluso, poco antes de escribir estas líneas, me dijeron que la frase era una copia burda de lo que había dicho en sus tiempos la religiosa de Calcuta y que no aplicaba al país porque no estamos en guerra, pero el humanismo con el que Sheinbaum ha gobernado sus primeros cien días son palpables: atender a los desprotegidos para pacificar el país.

¿Acaso aún no se entiende el lema de “por el bien de todos, primero los pobres”? Ojalá sí se entienda que hay que construir la paz y no ganar una guerra.

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