¿Habrá costos por la desvergüenza?

No resulta una sorpresa para nadie que los políticos en el mundo no se distinguen por ser impolutos, y mucho menos, por conducirse con rectitud, decoro, decencia, por ser fieles a sus principios y por actuar en consecuencia. Sin embargo, la clase política mexicana parece rebasar limites éticos que llenan de vergüenza a muchos.

Es bien conocida la actuación del senador panista Miguel Ángel Yunes. Tras haber ganado un escaño gracias a los votos de millones de panistas veracruzanos, y tras haber sido retratado al lado de Marko Cortes, Jorge Romero, Xóchitl Gálvez y tantos otros en plena campaña contra Morena, optó por traicionar a sus votantes y sumarse a un proyecto político bajo coerción.

En otro país del mundo un político como Yunes, habiendo operado una traición de semejante dimensión, habría muerto políticamente el segundo que decidió hacerlo.

Derivado de esta operación propia de la más execrable mafia política, Morena y los suyos contaron con la mayoría calificada en el Senado para hacer aprobar las reformas constitucionales, mismas que distan de ofrecer una ventana de mejora para la vida de los mexicanos, y por el contrario, que atentan contra los pilares del Estado mexicano y las libertades.

En días recientes Yunes fue increpado en el aeropuerto por una reportera que buscaba legítimamente cuestionarle. Éste, con una expresión de hartazgo, huyó de la mujer como solo hacen los cobardes y los que temen enfrentarse al juicio de la verdad.

Acto seguido, Adán Augusto López, y Gerardo Fernández Noroña, léase, los mas “conspicuos” legisladores de la mayoría en el Senado, no titubearon en hacerse una fotografía al lado de Yunes y de expresar su apoyo al apóstata del panismo.

¿Existirá un gramo de vergüenza ante el hecho mismo de hacer traicionado la voluntad de la gente que puso en ese sitio al impresentable Yunes? ¿Cómo puede mirar de frente el senador a sus paisanos veracruzanos sin sentir el peso de un acto a todas luces condenable? ¿Cómo pueden los morenistas tender la mano a uno que no es de los suyos, que hizo campaña contra ellos y que por chantaje hoy les apoya? ¿Habrá costos por la desvergüenza?

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