Reunión de mujeres piloto de IFALPA
La International Federation of Air Line Pilots Associations (IFALPA por sus siglas en inglés) se reunió en Singapur el pasado 23 de noviembre. Asistieron mujeres piloto de países del área Asia-Pacífico, como Corea del Sur, Indonesia, Australia y Taiwán.
Nuestro país fue invitado, y estuvo excelsamente representado por la capitán Martha Vera, y por la actual secretaria de género e igualdad sustantiva, la también capitán Yessica Camuñas Elizondo, ambas pilotos al servicio de Aeroméxico, y que han trabajado arduamente para empoderar a las mujeres.
En dicha reunión se destacó la inclusión de las mujeres en la industria aeronáutica; y es que la realidad no puede ocultarse. Hoy 60 mujeres piloto vuelan con portaaviones locales. Aunque es un número pequeño, no es intrascendente, pues esos referentes mandan el claro mensaje a muchas niñas y jóvenes de que sus sueños de volar se pueden cumplir
De ahí lo fundamental de esta reunión de trabajo de IFALPA con mujeres piloto, pues están conscientes de la importancia de crear entornos de apoyo, así como fomentar la inclusión de las mujeres en el ámbito laboral de la aviación, en cargos como el de piloto aviador.
También fueron abordados grandes retos a los que las mujeres aviadoras deben enfrentarse; por ejemplo, un tema que ya en varias columnas he abordado con mayor profundidad: la gestión del embarazo.
A diferencia de otros trabajos en tierra, para las mujeres que pilotean una aeronave, tanto el embarazo como la fase de post-parto y la crianza de sus hijos, son tareas sumamente complicadas de compaginar con su trabajo.
Me sigue impactando que en pleno siglo XXI las mujeres todavía no hayamos conquistado a cabalidad el derecho a maternar, con toda la protección que tanto el Estado como las empresas deben de proveer a las mujeres.
Hoy por hoy es asombroso que la maternidad puede llegar a convertirse en un obstáculo para el desarrollo profesional de las mujeres, y más aún en el caso de las mujeres pilotos, que llegado el momento, deben plantearse una difícil elección: ser madres o volar.
Mucho depende de la red de apoyo que tengan; algunas cuentan con una familia numerosa detrás que les brinda toda la ayuda necesaria; para ellas puede ser relativamente más fácil tomar esa decisión, y tal vez (solo tal vez) pueden elegir ambas, porque saben que tienen una gran red que las respalda, pero no todas las mujeres están en esa situación.
Hay otras mujeres que lamentablemente no tienen ese número de familia, o la tienen pero no la pueden o quieren ayudar, así que se ven en una encrucijada de elegir sobre desarrollarse personalmente como madres, o seguir su carrera profesional.
La Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA), de nuestro país, a través de su Secretaría de Género e Igualdad Sustantiva, ha trabajado arduamente, incluso de manera conjunta con legisladores federales, para hacer los cambios sustantivos que se requieren a la Ley Federal del Trabajo, concretamente en el capítulo relativo a tripulaciones, para actualizar varios artículos y que estos tengan una perspectiva de género, además de que sea inclusiva.
Está comprobado que en los próximos años veremos una creciente demanda de las líneas aéreas para tener pilotos. ASPA y otros gremios de pilotos del orbe ven que este momento es coyuntural, y que abre las puertas para impulsar la llegada de más mujeres dentro de la profesión.
Lo digo sin ambages, en este espacio nos enorgullece que mujeres destacadas en el ámbito de la aviación en México -como las capitanas Martha Vera y Yessica Camuñas-, acudan a este tipo de reuniones, donde además de compartir interesantes experiencias, se trazan hojas de ruta y se trabaja para las nuevas generaciones que vienen detrás.
En la aviación falta mucho camino por recorrer, tanto a nivel global como local, para lograr que las mujeres puedan desarrollarse plenamente en todos sus aspectos, tanto personales como profesionales. Sé que cuando se logre eso será el detonante que impulse a otras mujeres a seguir sus pasos.
Tanto en la entrega de la Presea Tony Gutiérrez por parte de la Cámara Nacional de Aerotransportes (CANAERO), y esta reunión de trabajo de la IFALPA, son claros ejemplos de la relevancia del tema. El punto medular es ampliar la inclusión de las mujeres dentro de la aviación, ya que a nivel mundial apenas son el 30% de la fuerza laboral, y en el caso de las pilotos mexicanas, solo el 6%, o sea casi nada.
Lo digo fuerte y claro, estamos en tiempo de mujeres. Y no debe echarse en saco roto el plan de crear una escuela de aviación, que no sea privada o particular, sino que sea del gobierno, en la que sea asequible el acceso para cursar la carrera de piloto.
En otras palabras, que la cuestión económica y el poder adquisitivo no sean el freno para estudiar. Los pilotos, y cualquier persona que haya explorado la posibilidad de estudiar para piloto aeronáutico, sabe muy bien que lo más caro de la carrera son las horas de vuelo que se requieren.
Yo sostengo que el Estado debe allanar el camino de muchos jóvenes, hombres, pero sobre todo de aquellas mujeres que tienen sus ojos puestos en el cielo, debe alentarlas en alcanzarlo de manera profesional.