Trump y Claudia: mucha presidenta para tan desquiciado presidente

“No es con amenazas ni con aranceles como se va a frenar el fenómeno migratorio ni el consumo de drogas en Estados Unidos”, dijo fuerte y claro la presidenta Sheinbaum este martes en su conferencia mañanera.

Y es que al parecer al presidente electo del vecino país del norte le urge apretar la tuerca a los mexicanos para, según él, frenar el fenómeno migratorio y el consumo de drogas, ambos temas,  aunque no menores, tampoco son nuevos. Y tampoco, como dijo Claudia, se va a solucionar con aranceles.

A Trump le ganó el odio que tiene a los mexicanos, pero también el machismo, pues creyó que Claudia se iba a amedrentar, a asustar o a doblegar. Qué equivocado. En México tenemos mucha presidenta para tan desquiciado presidente estadounidense.

Por ello, ante la amenaza del magnate de imponer un 25 por ciento de aranceles a México desde su primer día en la Casa Blanca, la mandataria federal respondió en forma firme y contundente redactando una carta en la que se advierte que dicha medida causaría pérdidas económicas en ambos países: “A un arancel, vendrá otro en respuesta y así hasta que pongamos en riesgo empresas comunes”, dijo y tiene mucha razón.

Según el Fondo Monetario Internacional este tipo de impuestos en la economía global perjudican más que ayudar, no solo a quien se le impone, también a los consumidores finales. Entendamos, si un comerciante exporta algo que cuesta 100, con el impuesto costará 125, y eso es lo que pagará quien lo adquiera. Todos salimos perdiendo. Con esa “ideota”, pues, Trump se da un balazo en el pie. No resuelve el flujo migratorio, tampoco fortalece la economía de su país.

En todo este lío también está involucrado Canadá, ya que a ellos les tocaría otro 25 por ciento, y a China un diez por ciento adicional.

Trump pretende llegar a la presidencia embroncado con todos. Pero no es la primera vez que sale con esa puntada; recordemos que en 2019 se enfrascó con China en una guerra comercial y de pilón con México y Canadá con aranceles en importaciones de acero. El gusto le duró muy poco y los países involucrados salieron bien librados. México, con López Obrador en la presidencia, supo negociar y prometió aumentar la seguridad en la frontera para disminuir el paso de migrantes. Si en aquella ocasión el mandatario estadounidense no consiguió jodernos, en esta ocasión tampoco podrá.

Ante los malos vientos y sus propósitos descabellados, la presidenta Sheinbaum ya respondió.

Lo hizo con tono firme, dejando en claro que a los mexicanos nadie nos pisotea. Quizá como nación tengamos que capotear alguna que otra turbulencia, pero confío en que el diálogo y la razón se impongan y este sea solo un mal momento. Lo dije al principio y lo reitero: Claudia es mucha presidenta para un mandatario desquiciado.

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