Cuidemos a la UNAM
Otra vez la Universidad Nacional Autónoma de México. Otra vez el presupuesto… ¿Y la autonomía?
En diciembre de 2018, el primer Presupuesto de Egresos de la Federación de un Gobierno de izquierda en México, encabezado entonces por Andrés Manuel López Obrador, contemplaba una reducción de 6% a los recursos para la UNAM, en términos reales.
En esa ocasión el entonces rector Enrique Graue emitió un comunicado en el que expresaba su preocupación y desacuerdo por esa disminución y pedía un ajuste similar a la inflación, como se dio finalmente. Así empezó el primer piso de la Cuarta Transformación.
El viernes 15 de noviembre de 2024, casi seis años después, el primer PEF del segundo piso de la Cuarta Transformación contemplaba una reducción del 10% ¡al presupuesto de la UNAM!… la historia fue similar.
La respuesta de la rectoría, ahora encabezada por Leonardo Lomelí, fue semejante a la de Graue en 2018 y también se conformó “con un incremento similar a la inflación”. La Secretaría de Hacienda respondió que ¡fue un error!
En aquel 2018, el 12 de diciembre para ser precisos, en San Lázaro se recibió también una propuesta de un diputado morenista para modificar la Constitución, en la que se le retiraba la autonomía de las universidades… Ante la escalada en las protestas y el cuestionamiento al naciente Gobierno de izquierda por tocar esa figura legal se emitió una postura oficial: “fue un dedazo”.
Ojalá no veamos otro “error de dedo” en los próximos meses, en contra de la autonomía universitaria… o, incluso, para modificar la elección del rector.
Desde hace décadas en los grupos más radicales del activismo universitario, algunos de los cuales se encuentran en el actual Gobierno o en el Congreso de la Unión, se acaricia la idea de que haya elecciones universales y secretas entre la comunidad universitaria para elegir al titular de la rectoría… y si pudieron con el Poder Judicial, no sería difícil con la UNAM.
#LoboSapiensSapiens
Otro regalo para AMLO
Antes de que empezara oficialmente el sexenio de López Obrador, el entonces presidente electo hizo saber a los comisionados del Instituto Nacional de Transparencia —de manera atenta y respetuosa— que el destino del órgano autónomo era la extinción. Nunca estuvo interesado en reunirse con el Pleno, entonces encabezado por Francisco Javier Acuña.
Desde el principio de su sexenio, Andrés Manuel López Obrador se negó a conocer (al menos en voz de los integrantes del INAI) los acuerdos internacionales de los que México formaba parte a través del instituto; el más importante de ellos el Convenio 108 del Consejo de Europa para la Protección de Datos Personales.
Ya sin AMLO –eso dicen– la autonombrada 4T consolidará a la brevedad la prometida desaparición del Instituto y de otros órganos autónomos como la Cofece, IFT, Coneval y la CRE… Si la aprobación fue un regalo de cumpleaños a AMLO, la desaparición de los órganos autónomos será de Navidad.
@chimalhuacano