Alma Mía, anoche dejé ir al mundo y gané el universo
IRREVERENTE
Les platico:
Por alguna razón, el autor de los textos de “Alma Mía” no me prestó su guion. “Noliace”.
A pesar de la confianza que tengo y me tiene Balbina Sada, alma de esta pieza teatral, Carlos Nevárez no dio señales de vida cuando se le hizo la respectiva solicitud. Es que cuando escribo de teatro me gusta leer los libretos de cada obra.
A pesar de eso escribí una primera crónica -sin verla- basado en mis pláticas al respecto con quien también actúa y baila flamenco en dicha escenificación.
Luego la vi y cuando supe que se vuelve a presentar en única función mañana miércoles 20 en Plaza Fátima de SPGG, prometí escribir de nuevo sobre “Alma Mía” y esto es lo que resultó. ¿Arre? ¡Arre!
El tema sobre el cual gravita la obra es: soltar es la forma más poderosa de amar, a otra persona o a sí mismo.
Entonces, encontré interesantes reflexiones sobre ese tema.
Respecto al título que escogí para este artículo, creo que solemos pensar que lo conocido es todo a lo que podemos aspirar y que si lo perdemos, nos quedamos sin nada.
Pero si nos atrevemos a soltar, descubrimos de pronto que nos estábamos cerrando a realidades maravillosas.
Herman Hesse escribió en uno de sus ensayos: Hay una diferencia importante entre rendirse y dejar ir.
Seguir invirtiendo en algo que causa daño, que no tiene futuro, que nos consume, no es apropiado.
Deepak Chopra sostiene que en el proceso de dejar ir, perderás muchas cosas del pasado, pero si te aplicas, te encontrarás a ti mismo.
Para re descubrirte y amarte, quizá tengas que aprender a dejar ir a personas, cosas, pertenencias, creencias y comportamientos que se hicieron antiguos contigo.
Eckhart Tolle dice que se necesita aún más fuerza para dejar ir, que para defender algo.
Al aferrarnos a nuestras ideologías somos firmes y coherentes y con eso creemos que somos leales.
Sin embargo, la verdadera fuerza y valentía reside en saber cuándo cuestionarse a sí mismo, cuando ser flexible y cambiar de rumbo.
“Cuando dejo ir lo que soy, me convierto en lo que podría ser”, así sentencia en uno de sus libros, Lao Tze.
Y es que, desde pequeños hemos sido etiquetados un montón de veces, por otros e incluso por nosotros mismos.
Esto nos condena a representar papeles asignados por otros… o por nosotros mismos.
Si uno dejara de definirse, si dejáramos de identificarnos con esas historias con las que crecimos, descubriríamos quiénes somos en realidad. Esto me parece ¡fascinante!
Gail Sheehy sostiene que la creatividad se puede describir como dejar ir las certezas.
¿Quieres una vida diferente? Entonces, tienes que decirles adiós a tus certezas, a tus esquemas mentales y a tus creencias más arraigadas. Estas nos atan y limitan.
Si nos libramos de ellas podremos crear más allá de lo conocido. Esto me parece ¡emocionante!
“No necesitas fuerza para soltar algo, lo que realmente requieres es comprensión”. Así lo dice Guy Finley.
Esta frase me dice que es imperioso saber que dejar ir no es cuestión de esfuerzo o de sufrimiento.
Por el contrario, es un proceso natural, una decisión evidente, producto de la racionalidad de que estamos dotados “de fábrica”.
Hace años le oí decir a Catherine Ponder en una conferencia que dio en Tucson, Arizona: “Cuando tienes resentimiento hacia otra persona, estás atado a esa persona o condición por un vínculo emocional más fuerte que el acero. El perdón es la única forma de disolver ese vínculo y liberarse”.
Cajón de Sastre:
Quienes viven o están cerca de San Pedro, vayan este miércoles 20 a Plaza Fátima a ver a Balbina en “Alma Mía”.Mañana, cambio completo de programa, sin faltar el Incomparable Iván y toda la Compañía.