Hasta siempre, presidente

Hace apenas diez años, en 2014, Morena se constituyó como partido político y tan solo cuatro años después, en 2018, Andrés Manuel López Obrador ganó la presidencia.

Toda una odisea. Andrés luchó contra una clase política rancia que no ha perdido oportunidad en ponerle el pie y enlodarlo con mentiras.

Pero el presidente al que hoy despedimos los mexicanos, supo darle en el clavo: construyó una base territorial sólida, con el pueblo, acercándose a los más necesitados que por décadas fueron discriminados precisamente por su pobreza.

Desde abajo y con el lema: “Por el bien de todos, primero los pobres” AMLO supo enamorar al pueblo y enamorarse del pueblo. Prometió ayudar a los olvidados del neoliberalismo, que saqueaban las arcas del gobierno para repartirse entre ellos el botín dejándolos morir de hambre. Andrés Manuel demostró que optimizando los recursos una nación puede salir de la pobreza e implementó programas sociales que actualmente llegan a casi 28 millones de mexicanos e hizo lo que los anteriores gobiernos mezquinos nunca quisieron hacer: apoyar a los jóvenes con becas para continuar con sus estudios y a quienes necesitaban capacitarse para el empleo mediante el programa Jóvenes Construyendo el Futuro, que les da las herramientas para ganarse la vida con honestidad.

Además, construyó el aeropuerto Felipe Ángeles, el de Tulum, el Tren Maya, el corredor del Istmo de Tehuantepec, la refinería Dos Bocas, aumentó el salario mínimo en casi un 120% y nacionalizó 13 centrales de energía eléctrica para que la Comisión Federal de Electricidad logre producir el 56% de toda la energía que requiere el país.

Este hombre, infatigable, leal a su pueblo y el más carismático presidente de nuestro México moderno, se despide con la frente en alto y el corazón contento.

Tenemos, es cierto, un nudo en la garganta porque hemos vivido su lucha y con él aprendimos que una nación se puede construir desde la honestidad y el trabajo diario.

Despedirlo no es fácil pero debemos decirle hasta luego, hasta siempre y gracias por tanto, presidente.

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