Justicia para Mariana

Con el hashtag #JusticiaParaMariana las redes sociales denunciaron un crimen terrible. Miguel Ramsés, de 19 años, quien se encuentra prófugo por haber acuchillado a la madre y hermano de su ex novia e intentar abusar sexualmente de ella, a su corta edad presenta un penoso historial delictivo que por algún motivo las autoridades han querido callar.

Miguel nació en Morelos, pero desde pequeño se trasladó a Puebla junto con su familia. Siendo un niño de seis años conoció a Mariana en la escuela primaria donde juntos estudiaron, pero fue hasta el 2021 que coincidieron en un gimnasio y empezaron una amistad que terminaría en un noviazgo marcado por la agresión, jaloneos, bromas hirientes y otro tipo de violencias que orillaron a la joven a terminar la relación.

Para ese entonces Miguel ya había cometido al menos dos delitos: apuñaló a dos de sus compañeros de la prestigiosa preparatoria donde estudiaba e intentó violar a una chica, también compañera de estudios.

Ambos sucesos fueron encubiertos por las autoridades del TecMilenio, quienes incluso pidieron a las víctimas desistir de las denuncias y despidieron a la maestra que los ayudó.

En el 2023 Miguel se hizo famoso en redes sociales por vandalizar vehículos en las calles de la ciudad de Puebla. Los videos que delatan estos hechos circulan entre los internautas, quienes los replican para mostrar el rostro del presunto feminicida y lo exhiben como lo que es, un maleante que hasta hoy goza de libertad.

Cuando Mariana y Miguel terminan su relación, la joven no volvió a saber de él, quien, por cierto, mantenía un noviazgo con otra chica, a quien agredió el pasado 11 de septiembre.

Fue en las primeras horas del 14 de septiembre cuando Mariana recibió llamadas de Miguel, que no contestó. Seguramente esto molestó al psicópata y se dirigió a casa de ella, donde en una recámara descansaba su madre y su hermano de 12 años y en otra la joven.

Miguel se introdujo en el domicilio, tomó un cuchillo de la cocina y se desnudó para dirigirse a la habitación donde dormía la mamá de Mariana con su hijo menor y la apuñaló, lo mismo que al adolescente, quien defendía a la señora. Ambos resultaron heridos, en tanto Mariana sobrevivió del intento de violación.

Miguel Ramsés, feminicida y asesino en potencia huyó. Mariana grabó la escena del crimen y la compartió en sus redes sociales. Las imágenes impactaron a los usuarios de X, que se unieron al clamor de justicia.

De nueva cuenta la viralidad de las redes sociales dan testimonio de cómo un sujeto violento ha gozado de impunidad, protegido seguramente por alguien con poder.

Mariana y su familia, quienes se recuperan satisfactoriamente de la agresión, piden que se les haga justicia pero al momento, nada se sabe del paradero de este delincuente.

Este, como muchos de los casos que permanecen en la impunidad, nos exhiben un sistema de justicia corrupto y unas autoridades educativas que no actuaron como debieron y permitieron que este sujeto, que agredió a sus compañeros en el pasado, siguiera haciendo de las suyas hasta llegar al punto de convertirse en un feminicida, violador y asesino, que con sangre fría atacó a una mujer de 40 años y a un menor de 12.

No quiero imaginar el miedo y la indefensión que deben estar sintiendo Mariana y su familia. Como suele ocurrir, ahora ellos serán los que tendrán que esconderse, quizá huir, porque aunque Miguel aparezca y sea castigado como se merece, no podrán sentirse seguros en ningún lugar.

La vida de las víctimas de violencia feminicida y de sus familias, en este y en la mayoría de los casos, se convierte en un periplo que dura años, quizá por siempre, pues nuestros legisladores suelen dejar en la congeladora leyes que ayudan a prevenir y erradicar este tipo de delitos.

Antes de la aprobación de la reforma al poder judicial, grupos feministas, abogadas y defensoras de derechos humanos advirtieron sobre la desprotección que sufren las víctimas de la violencia feminicida, en alusión a aquellas madres, hijas, hijos, hermanas, parejas y sobrevivientes que jamás reciben la protección debida, mucho menos la reparación del daño.

Asimismo, la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, creada en 2007 y que tiene como objetivos sancionar, erradicar y prevenir todo tipo de violencia contra las mujeres, sigue dejando muchos temas en el tintero, que están muy lejos de ser prioridad los legisladores, más preocupados por cuidarse las espaldas que en aterrizar leyes que nos protejan y permitan vivir en libertad y sin miedo.

El caso de Mariana y su familia, donde uno de los agredidos es un menor de edad, debe resolverse a la brevedad, pues hay un sujeto violento que hoy duerme tranquilo, quizá en otro país, mientras las víctimas, estoy segura, perdieron la paz.

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