Defendiendo el proyecto lopezobradorista

La mejor manera para encarar el proyecto de reforma al poder judicial ha sido defendiéndolo. Cada uno de los legisladores, para el caso, han empujado fuerte desde todas las trincheras. Hablamos de redes sociales, medios de comunicación y posicionamientos ante la opinión pública. En los últimos días, de hecho, este clima se ha intensificado luego de que la oposición arreció la guerra sucia. Aun así, el asunto se aprobará una vez que se instale la asamblea en el Senado de la República. Para tal efecto, como dijimos, Morena tiene los números suficientes para la mayoría calificada. Desde luego, hay mucha cautela en el manejo de los perfiles que, por congruencia, se pondrán del lado correcto de la historia.

Ese quehacer, o mejor dicho la operación política, ha estado a cargo del coordinador de los senadores de Morena, Adán Augusto López Hernández. Eso tiene que ver mucho con los avances sustanciales que se han anticipado en la previa de las discusiones del proyecto. Mientras tanto, hay una estratégica quirúrgica puesta en marcha para concluir en la meta que se ha fijado desde Palacio Nacional. Algo parecido al trabajo y los buenos resultados que entregó Ricardo Monreal en la sede alterna que se habilitó. Recordemos que, hace unos días, el zacatecano comandó los quehaceres para hacer posible el primer paso del proyecto; es decir, formuló una agenda para encontrar las condiciones propicias.

En esa agenda común, de hecho, transitan muchos cuadros del lopezobradorismo que están dando la batalla en las calles, asambleas, medios de comunicación y redes sociales, eso sí, bajo una misma consigna: defender el proyecto de reforma al poder judicial y, de paso, allanar el camino para su aprobación. Ese buen ánimo predomina en la previa de que se defina el día y lugar para discutir y analizar el asunto. Mientras, como suele suceder, la oposición sigue contra las cuerdas. Tanto en comisiones del Senado, como en los argumentos para analizar el punto, el PRIAN no tiene fuerza ni mucho menos eco. Por eso la molestia y los comentarios sin razón.

De mucho ha servido la motivación que propició la aprobación del proyecto de reforma al poder judicial en la Cámara de Diputados. Eso significó, a grandes rasgos, cimentar las raíces que, a la postre, naturalmente cosecharán frutos. Se sabe que la pelota está en cancha del Senado de la República; ellos tendrán la última palabra para definir el rumbo o, mejor dicho, para democratizar al poder judicial que, desde sus entrañas, está corrompido por un puñado de ministros, lo mismo que jueces y magistrados que, sabemos, se han dedicado a enriquecerse e impartir justicia de forma desigual. Está demostrado, a propósito, como ha sido utilizado uno de los poderes de la nación para quebrantar la legalidad y la toma de decisiones.

Claramente, a lo largo de los años, hemos sido testigos de las excentricidades y lujos de los ministros de la Suprema Corte de Justicia. Es, por así decirlo, una verdadera afrenta el esquema o techo presupuestal que manejan para uso personal. Eso se tiene que terminar. Esa fue una de las razones más poderosas que motivó a la población civil a manifestarse en las urnas a favor del lopezobradorismo. Aunque la oposición lo siga ignorando, hay una base sólida de respaldo que se han dado a la tarea de defender y salir a las calles, a decir, con una voz profunda, que apoyamos a la fracción parlamentaria de Morena para democratizar la vida pública de México.

Por esa sencilla razón vemos una fracción parlamentaria de Morena unida, motivada y echada para adelante. La posición que se adoptó en la agenda del proyecto, de hecho, marca un precedente importante. Saúl Monreal, senador por Zacatecas, dio una cátedra a Carolina Viggiano, sobre algunas concepciones básicas. La legisladora del PRI, con un narcisismo enorme, pensó que podía achicar a los cuadros del lopezobradorismo con insultos. Seguramente no consideró que Saúl, le replicaría con categoría y nivel de un político que, por mucho, se ha consagrado como un referente en aquella entidad del norte del país. Él, de hecho, fue electo por el voto popular. O sea, el pueblo de México lo colocó en la máxima tribuna del legislativo federal por méritos propios.

Con ese tono se ha manejado la oposición. Siguen sin entender que, una vez más, la guerra sucia no sirve absolutamente de nada. Y como el PRIAN no tiene la fuerza suficiente para frenar la maquinaria guinda, el proyecto de reforma al poder judicial será una realidad. Se modificará el marco constitucional en 16 puntos claves que contiene la minuta. Hay, para tal efecto, un ejército del lopezobradorismo que, además de dar la pelea en cada una de las trincheras, está defendiendo a capa y espada el tópico. Para ello, está claro, Morena depende de 85 votos para alcanzar la mayoría calificada. De hecho, tiene mucha razón Gerardo Fernández Noroña: la fracción parlamentaria de la coalición Seguimos Haciendo Historia tiene ese cálculo y más.

Ese objetivo permitirá, además de pavimentar el inicio del ‘Plan C’, profundizar las políticas públicas que inició el presidente López Obrador.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *