Sin censura

En 2018, a través de Hodder, David Almond publicó War is Over (La Guerra Terminó), un libro que cuenta la historia de John, un niño de ocho años que vive en Inglaterra y atraviesa una parte crucial de su infancia durante el año que está por acabarse la Gran Guerra, es decir, en 1918.

Su padre se encuentra peleando, en Francia, en contra de los alemanes; su madre trabaja como obrera armamentista. Él, dado el nacionalismo de su maestro, se ve envuelto en la misma guerra, pero en contra de los niños alemanes. En el fondo, sin embargo, no entiende por qué él también se encuentra en guerra. 

Dada la coyuntura que exige una publicación como esta, aunada también al privilegio –como apunta en entrevista para este medio la editora Ilse Pérez Morales–, fue publicada la traducción de La Guerra Terminó a principios de 2024, con una traducción sumamente respetuosa de Pilar Armida.

Tras iniciar con una reflexión urgente, en la que resalta la importancia de publicar un libro que no trate de manera condescendiente a los jóvenes lectores en temas tan relevantes  como la guerra, sobre todo en estos tiempos, la editora de Santillana apuntó que fue importante abordar el tema ( y la traducción y la edición) con mucho respeto, dada la complejidad. Sobre todo porque “Almond no censuró las palabras”; es decir: había que transmitirlas con la misma naturalidad y transparencia.

La también compiladora de la antología Nuestras Resistencias aseveró, durante la charla, que este libro fue pensado para niñas y niños mayores de ocho años. Sin embargo, hizo saber que “siempre que se acompañe la lectura, no hay edad para ella”, así como que “para las infancias no hay temas que no se puedan tocar”, siempre y cuando se haga de forma responsable.

Para que todo terminara de conjuntarse, las ilustraciones de David Litchfield tuvieron mucho que ver. Ilse hizo saber que no se trata de esconder lo que se quiere decir, así como también estar conscientes de que se trata de una historia que toca. Basta hallar “un punto medio”. Es por eso que tuvo todo que ver el trabajo en conjunto de Almond con Litchfield. Habría sido imposible trabajarlo de otro modo. 

Importa que la historia se cuela hasta las fibras más sensibles, pues la editora confiesa que es importante que las historias se queden en la mente para reflexionar, “que sean significativas en su día a día”. 

Sembrar semillas para imaginar otro mundo, como reflexiona Almond y también apunta el prologuista Adolfo Córdova. O para imaginar la paz, como hace John en el libro.

Asimismo, es importante hacerse responsables del contexto, saber aterrizar los temas, detalla Pérez Morales, pero, sobre todo, reconocer “los efectos de la guerra en las infancias, que quizá se preguntan cuándo es que acabará la guerra”.

La Guerra Terminó se publicó a través de Santillana Educación México y ya se encuentra disponible en todas las librerías de México. Es vital leerlo para, como John y Jan, imaginar un mundo mejor y comenzar a esparcir semillas de paz.

 

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