El arquetipo del gobernante y la cercana extinción del PRI
Desde mi infancia me toco escuchar a mis abuelos, mi padre, mis tíos y primos, acerca de la fuerza del Partido Revolucionario Institucional y del arraigo que tenía en la población mexicana; lo hacían parecer un ente omnipresente y permanente en la escena política.
Durante mi adolescencia siempre fui rebelde a la tradición familiar paterna, y siempre luché por mis convicciones de vida y políticas, así cuando llega la “falsa transición democrática” que significó la victoria del PAN en el 2000, recuerdo las palabras de un viejo político militante del PRI: “no te equivoques Eduardo, la gente no votó por el gobierno empresarial que representa el PAN ni por su ideología de derecha; las personas en México salieron a votar contra el PRI, ya que lo único que puede derrotar al PRI, sería el propio PRI.”
Y cuando todo el mundo pensaba que era el fin del PRI, la profecía de Atlacomulco se cumplía y un “nuevo PRI” resurgía de las cenizas, logrando victorias estatales, en el congreso y en la presidencia, todo esto encabezado por la figura del hoy expresidente, Enrique Peña Nieto y bueno, ya todos sabemos cómo terminó ese periodo.
Retomo esta breve historia personal, porque las palabras de ese viejo militante del PRI que me dijo durante el año 2000, tomaron existencia en el mundo material, cual profecía autocumplidora extradida de los libros del maestro Carl Gustav Jung; ya que Alejandro Moreno, mejor conocido como Alito, logró extender su mandato como presidente del PRI por un periodo 8 años adicionales, lo cual es la mejor noticia que Morena y sus aliados puedan tener, ya que no existen peores resultados en la época moderna del PRI que los que Alito ha entregado a la militancia. Recibió un partido resurgido de las cenizas de la mano de EPN, pero en un lapso de unos años, lo llevó a quedarse únicamente con el gobierno de dos estados y entregando los peores resultados presidenciales de la época moderna.
Muchas personas me preguntan: ¿por qué si el PRI va tan mal, no renuncia Alejandro Moreno?
La respuesta a esa pregunta puede varias, pero me enfocaré en la respuesta emocional a través de una teoría psicoanálitica, que son los arquetipos de Jung, en particular con el arquetipo del gobernante, que en pocas palabras se define como: “disfruta tener el control, ya sea de las personas que tiene a su alrededor, como de los acontecimientos de su vida y de todo lo que tiene en control; busca crear una comunidad prospera pero siempre encabezada por sí mismo. Y el mayor miedo del arquetipo del gobernante es la perdida del control, de lo que una vez, estuvo bajo su mando. Esto sería el equivalente a una derrota de vida para este arquetipo.
Esta es una explicación del por qué, el PRI se encamina a su desaparición. Ya que el arquetipo del gobernante siempre está enfocado en controlar, pero si mantiene demasiado el poder de su lado, es probable que ese poder lo corrompa y termine destruyendo todo lo que tiene bajo su control. Esto se puede comprobar a lo largo de la historia, en múltiples culturas y múltiples liderazgos, el poder por mucho tiempo en las manos de un arquetipo de gobernante, llevará a la autodestrucción de lo que se busca controlar/gobernar.