Acuerdo por la unidad
Momento clave vive la dirigencia de Morena, pero sobre todo el movimiento lopezobradorista que, al igual que el proceso presidencial, abrió el abanico para evitar futuras fracturas y, con ello, ofreció espacios de elección popular que, de manera automática, se consumarán para llegar al Senado de la República. Fue, ni más ni menos, una operación minuciosa al más alto nivel político y, de paso, un trabajo fino para alcanzar la unidad deseada. De hecho, por momentos reinó la amenaza de una posible división cuando varios aspirantes amagaron con aparecer en las boletas electorales.
Dadas las condiciones de flexibilidad, no tengo ninguna duda que, la orden, ha llegado de Palacio Nacional, desde donde seguramente se abogó para que todos, sin excepción, acepten el resultado de la encuesta. Por eso fue tan importante construir un acuerdo de esa naturaleza para el caso de los segundos lugares o, de cierta forma, aquellos perfiles que pese a que ganaron la encuesta el margen se acotó, teniendo en cuenta la paridad de género.
De cualquier manera, hoy al filo de las 8 de la noche, la dirigencia, en compañía de la coordinadora de la defensa del voto, saldrán a oficializar a los ganadores. De esa misma forma, se abre una oportunidad inmejorable para que -de una vez por todas- el órgano de dirección del partido lleve a cabo el salto definitivo a la democracia participativa. Si los resultados siguen ese curso natural, entonces sí, no hay ninguna duda que, para lo que viene en puerta, Morena arrasará en las elecciones; lo hará no solamente donde es amplio favorito, sino en puntos claves como Guanajuato, Morelos y Yucatán. Incluso, se anticipa que, en esos tres territorios geográficos del país, toque un perfil de mujer.
En esa misma dirección, se ha ventilado que se pueden unir entidades como Veracruz y Ciudad de México, para mujeres. Por ende, las condiciones están dadas para los hombres en Puebla, Tabasco, Chiapas y Jalisco. Esto puede ocurrir luego de conocer las últimas tendencias de hace apenas unas horas. Tengo la impresión de que, esta hipótesis que pongo sobre la mesa será la decisión final, pues, desde hace meses, esa tendencia se ajusta al pulso de la población civil en los nueve puntos donde habrá, a partir de hoy, un coordinador (a) para los trabajos rumbo a 2024 o, mejor dicho, los futuros abanderados de la 4T.
Apenas ayer, circulaban las últimas encuestas en vísperas de que Morena lleve a cabo el anuncio. No hay, en todas las ponderaciones que se han divulgado, otro escenario más que ese que hemos fundamentado desde hace tiempo en este espacio de opinión. Y como el propósito es evitar la derrota y las divisiones internas, el lopezobradorismo pondrá en el mosaico electoral a sus mejores cartas. Aquellos que, con su liderazgo, han provocado gran efecto en todos los sectores sociales. En pocas palabras, sí hay un valor fundamental y clave en las siglas de la marca, pero también lo tendrán que tener los protagonistas que representen el proyecto.
De entrada, todos son prioridad, hasta Guanajuato, Jalisco y Yucatán. De hecho, hay mucha presencia y afinidad con el lopezobradorismo. Hay trabajo de base y, por eso, el movimiento tiene una plataforma de respaldo que, en este preciso momento, está para competir de tú a tú con los partidos hegemónicos de esas tres entidades. Eso, de manera clara, justifica a los mejores cuadros del movimiento. Esos que, hoy por hoy, han ido ganando mucho terreno y apoyo de la ciudadanía. Es decir, activos y no espectadores o, en palabras más concretas, protagonistas de la transformación.
Eso solo será posible si, en el transcurso del día de hoy, las encuestas dan el salto definitivo a la auténtica democracia. Pasó con Claudia Sheinbaum. Ella, sin duda, ganó todas las encuestas de opinión. Su caso, como ejemplo, debe ser tomado para respetar la voluntad del pueblo que, a los cuatro vientos, clama piso parejo. Eso puede darse sin ningún contratiempo; se nota que hay voluntad y deseos de ganar todos los puestos de elección popular.
Y, mientras conocemos los resultados del día de hoy, debemos reconocer el olfato que siempre tiene el presidente López Obrador. No dudo, ni un poquito, que el acuerdo de la Comisión Nacional de Encuestas salió de la oficina del mandatario federal que, durante décadas, ha sabido tejer fino y, de paso, garantizar la unidad al ofrecer un espacio legislativo.