Marcha rosa podrá ser considerada un gasto de campaña para cada candidatura presente

Espero que la candidata presidencial, Xóchitl Gálvez, no me demande por el uso de la expresión “marcha rosa” que tiene registrada como marca y que utilizaré en esta columna para fines de análisis electoral.

Después de observar que tales palabras son parte de un proceso ante el Instituto Mexicano de Propiedad Intelectual, con el que buscan proteger las expresiones de cualquier uso no autorizado y principalmente, utilizarlas para recaudar fondos, hablemos del costo que tendrá la marcha del próximo domingo que no vaya el lector a confundir con un mega mitin de Acción Nacional, sino que se trata de una autentiquísima, neutral, imparcial y apartidista protesta en contra del secuestro, amago, y amenaza a nuestra democracia en la que ha incurrido el autoritario, odiador y naco Movimiento de Regeneración Nacional.

Fuera de sarcasmo, la legislación electoral contempla que estando en campaña, cualquier acto público, masivo y con elementos propagandísticos en los que una candidata o candidato brinde discursos, aquel podrá ser contado y fiscalizado como gastos de campaña. Si es que en el evento comparten micrófono dos o más candidaturas, el costo total podrá ser dividido entre todas ellas dependiendo del cargo al que aspiren y de la autoridad competente, o sea, que a candidaturas federales les fiscaliza el INE los eventos mientras que, a las locales, el Instituto Electoral de la entidad que se trate.

La marcha rosa está anunciada muy lejos de una protesta ciudadana y apartidista, como se publicitó en las anteriores. Se trata de un acto político en el que ya ha advertido la candidata de “Fuerza y Corazón X México” que hablará junto con Santiago Taboada, ambos emanados de las filas del Partido Acción Nacional. Sin embargo, el escenario es desafiante:

Escenario A.- Se contabiliza la propaganda de la marcha, al menos la del Zócalo, a la candidata Gálvez, así como a Taboada y a los aspirantes que se les puedan sumar. Tomando en cuenta el despliegue enorme de publicidad en redes sociales, pendones, eventos, etcétera, alguna de ellas podría correr el riesgo de rebasar los topes de campaña y entrar en los supuestos que ordena la ley como consecuencia del despilfarro:

Nulidad de la elección, multas, amonestaciones, etc.

Escenario B.- Que las autoridades electorales omitan o se manifiesten imposibilitadas de calcular el costo de la marcha rosa, con cualquier tipo de argucia legal como firmas ciudadanas sugiriendo que cada persona financió sus propias playeras, cartulinas, materiales propagandísticos, etcétera. No como un donativo a las campañas sino como elementos parte de sus respectivos ejercicios de derechos a la libertad de expresión y a la protesta, sentando así un precedente de estrategia de fraude a la ley basada en usurpar “causas ciudadanas” para esconder ambiciones y movilizaciones electorales.

En democracia, disentir de las mayorías y los gobiernos no solamente es natural, sino que es saludable y necesario. El principio de la pluralidad está en que las oposiciones encuentren su propio espacio de crítica. Lo que es deshonesto, por lo menos, es pretender aglutinar a todo aquel que disiente, aún a quienes tampoco están de acuerdo con quien pretende formar esa amplia oposición, con mentiras. Esa conducta revela bastante de sus promotores que se visten de color antimilitarista mientras en sus filas se encuentran los ideólogos de la lucha contra el narco y aquellos que sembraron las primeras semillas de militarización, hambrientos por volver ahora sí con todo el poder verde olivo que anhelaron tener; se visten de color feminista mientras en sus equipos se encubren agresores, machistas y abogados que piensan que las mujeres son “lavadoras de dos patas”; se visten de demócratas y defensores de la ley mientras que comparten mesa con quienes se han mantenido en la excepción siempre: los que logran burlar el pago de impuestos, esos a los que no les aplica la ley porque se miran a sí mismos grandísimos y superiores al vulgo.

Las oposiciones que se encuentran huérfanas se lo creyeron en algún momento y desde la sociedad civil desencantada, algunos asistieron a las primeras “marchas rosas” ultra ciudadanas y ultra apartidistas. Mujeres que lograron abortar fueron a marchar y personas homosexuales también. Paradójicamente, marcharon codo a codo con discursos como los de América Rangel, anti feminismo, anti aborto, anti derechos igualitarios, anti diversidad. Actores, músicos, artistas lo hicieron igual, decían no querer apoyar a Xóchitl, pero nunca más confiar en el régimen obradorista de nuevo.

El tope de gastos de campaña para cada candidata y el candidato a la Presidencia de la República, Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez, se ha fijado en la exorbitante cifra de 660 millones 978 mil 723 pesos. Aunque estos aspirantes ya están difundiendo sus propuestas, realizando giras y otras formas de propaganda, deben ceñirse a este límite de gasto. Excederlo podría resultar en la anulación de la elección.

Este monto colosal puede ser utilizado durante los 90 días que dura la campaña electoral, hasta el 29 de mayo de 2024, cuando comenzará un periodo de veda antes del día de votación, previsto para el domingo 2 de junio.

La marcha del domingo es un examen final: ¿Cuántos ciudadanos se mantendrán en aquel movimiento ahora que el timón del PAN, PRI y grupos de la derecha han revelado que siempre fueron ellos? ¿Cuánta movilización podrá comprobarse pensando en que es tiempo de aspirantes que buscarán quedar bien con sus líderes? ¿Cuánto presupuesto podrá comprobarse de aquel acto innegable de campaña multi anunciado? ¿Cuántos y en qué ciudades habrá observadores del INE?

Frida Gómez en X: @ifridaita

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