Conversaciones constitucionales en la Sierra y la Costa
La Comisión del Bicentenario de la Primera Constitución de Oaxaca, la de 1825, a través de su Grupo de Trabajo estuvimos en Ixtlán de Juárez el viernes 12 y en Pinotepa Nacional el miércoles 17 de diciembre. Así, completamos media centena de eventos y actividades en torno a la memoria y renovación de nuestro texto constitucional vigente.
En Ixtlán nos reunimos con decenas de autoridades municipales y subnunicipakes agrupadas en la Unión Liberal de Ayuntamientos Asociación de Municipios Indígenas del Distrito de Ixtlán de Juárez (ULADI) y su directiva.
Mis compañeros, oriundos de la región y maestros o doctores en Derecho, compartieron con la asamblea en lenguaje simple y llano que conocer la Constitución es un derecho y un deber para todas y todos.
Reiteramos que la Constitución oaxaqueña que se está proyectando es intercultural porque trata de evitar la imposición monocultural y unilateral del gobierno y garantizar el diálogo horizontal y circular entre pueblos, comunidades y estado para construir normas y aplicarlas, en el entendido de que todas las culturas son iguales en valor y consideración.
Más allá de que se reconozca a los pueblos y comunidades indígenas como sujetos de derechos, coincidimos en que es muy relevante insertar y aplicar pequeños pero potentes mecanismos institucionales que aseguren buena policía comunitaria, prevención y solución de conflictos, ejercicio eficaz de recursos y rendición de cuentas, acceso a la justicia y derechos básicos eficaces al hábitat, alimentación, salud, educación o infraestructura.
Se dijo que pueblos y comunidades deben estar autorizados para presentar con viabilidad iniciativas de leyes, oponerse a las que no les convengan y controlar su destino.
Mis compañeros precisaron que la Constitución oaxaqueña que viene va a fortalecer la protección y gestión más efectiva del patrimonio cultural material e inmaterial, natural y biocultural, que evitemos el saqueo y usos indebidos de nuestros recursos, a la vez que los valoremos y gocemos mejor.
Los asambleístas de los pueblos nos dijeron que la Constitución debe ser ordenada, de lectura fácil y difundida en lenguas maternas, reforzar la protección de derechos de pueblos y comunidades y facilitar la distribución y asignación de recursos que deben ser dirigidos a las comunidades indígenas, como lo hace la política emprendida por la presidenta Sheinbaum, además de que la comprobación de gastos debe simplificarse y adaptarse a los contextos comunitarios.
Un agente de policía recordó que “el juez por su casa empieza” por lo que es una corresponsabilidad que la Constitución y leyes no queden en letra muerta sino que se aplique, que los gobiernos estatales y municipales se coordinen mejor con las autoridades federales y que se racionalice la operación de las propias asambleas comunitarias y el manejo de los recursos públicos.
Otro opinó que la complejidad administrativa desalienta el servicio comunitario y sufrir sanciones que no se le imponen a los “Salinas Plego” es frustrante e injusto.
En la Costa, líderes y lideresas de la región, algunos de cuyos planteamientos coinciden con los serranos, a la vez demandan diferenciar, reivindicar y empoderar en serio a pueblos y personas afromexicanos o negros cuyas identidades por mucho tiempo han sido negadas junto con sus derechos socioeconomicos y políticos en detrimento del hábitat y sus patrimonios materiales e inmateriales, así como de su propia diversidad interna.
En la Costa negra de Oaxaca se observa tanto la lejanía y el rezago históricos, pese a los esfuerzos de los gobiernos, como la fuerza y dinámica de su gente que lucha por superar esas condiciones sobre la base de un orden flexible y eficaz, influyente e incluyente.
En consecuencia, confirmamos que la Constitución de Oaxaca debe ser no solo política y jurídica sino intercultural y profundamente social.
Cerramos este año una etapa intensa de encuentros, diálogos e intercambio de ideas, información y propuestas justificadas para reordenar, actualizar e innovar la Constitución de Oaxaca vigente, que es la de 1922.
Reconocemos una vez más al gobernador constitucional del estado, Ing. Salomón Jara Cruz y su equipo de trabajo por respaldar e impulsar este proyecto y convertirlo en una de sus prioridades para 2026, según lo puntualizó en su reciente Tercer Informe de Gobierno, después de que las y los oaxaquen̈os votemos, en otro ejercicio inédito: la ratificación o revocación de su mandato, el próximo 23 de enero.
Entendemos que así es como se amplía, profundiza y vive la democracia y el constitucionalismo, junto con el pueblo, los pueblos, comunidades, sociedad y ciudadanía individual y comunitaria, por el bien de todas y todos y el desarrollo compartido con justicia e identidad.
¡Felices fiestas naviden̈as!