Una nueva etapa para México y para el futuro que merece Querétaro

Hoy quiero compartir una noticia que marca un antes y un después para nuestro país, la aprobación por unanimidad de la Ley General de Economía Circular, una iniciativa impulsada por el Partido Verde y respaldada por todas las fuerzas políticas. Una decisión histórica que demuestra que cuando el bien común está por encima de cualquier diferencia, México avanza.

Esta ley nace del reconocimiento de una realidad que ya no admite excusas: nuestro modelo de producción lineal de extraer, producir, consumir y desechar y no solo está agotado, sino que ha puesto en riesgo nuestros ecosistemas, nuestra salud y nuestro futuro como nación. La evidencia es contundente, más de 120 mil toneladas de residuos sólidos urbanos se generan cada día en el país, y alrededor de 12 mil toneladas ni siquiera son recolectadas, quedándose en ríos, barrancas, calles y playas. Además, casi el 90% de los sitios de disposición final incumplen la normatividad, generando contaminación y afectando a miles de familias.

Frente a este panorama, México decidió actuar. La nueva Ley General de Economía Circular crea un marco nacional integral que articula a los tres órdenes de gobierno, al sector privado y al sector social para transformar la manera en que producimos y consumimos. Establece principios, instrumentos económicos, sistemas de información y mecanismos de coordinación que permitirán reducir la extracción de materiales vírgenes, impulsar el reciclaje de calidad, fomentar el ecodiseño y garantizar que los productos sean gestionados adecuadamente durante todo su ciclo de vida mediante la Responsabilidad Extendida del Productor.

Además, crea el Distintivo Nacional de Economía Circular, que reconocerá a las empresas y productos que realmente apuesten por la sustentabilidad, elevando la competitividad de México frente al mundo. Y, por primera vez, el país tendrá un Programa Nacional de Economía Circular, con metas claras, indicadores y estrategias para que esta transición sea ordenada, gradual y efectiva.

Esta reforma no solo moderniza nuestra legislación ambiental, redefine la relación entre economía y naturaleza. No es una ley del futuro, es la herramienta que permitirá que México conserve su riqueza ambiental, genere innovación, impulse empleos verdes y ofrezca un horizonte digno para las próximas generaciones.

Pero, sobre todo, esta ley envía un mensaje poderoso, cuando hay voluntad política y visión de país, sí podemos construir soluciones de largo plazo. Sí podemos ponernos de acuerdo. Sí podemos colocar a México a la altura de las economías más avanzadas del mundo.

Y desde Querétaro, este compromiso adquiere un sentido especial. Nuestro estado ha demostrado que crecimiento y responsabilidad pueden ir de la mano. Hoy, con esta nueva ley, damos un paso firme para que el desarrollo no solo sea rápido, sino sostenible, humano y profundamente consciente.

Porque este es el camino, el de una economía que no destruye, sino que regenera, que no desperdicia, sino que transforma y que no excluye, sino que integra.

El camino para hacer Querétaro fuerte otra vez.

Agradezco profundamente a Federico Arreola por abrir este espacio semanal, un lugar donde podemos hablarle a México con claridad, con emoción y con la convicción de que estamos construyendo algo que trascienda.

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