Lydia Fernández y Lupita Alday: dos estilos de una época y una estética artística (II)

Con la presente entrega en partes, quisiera cerrar este ciclo de textos sobre cantantes con entrenamiento académico clásico, semiclásico o impregnados de un estilo de canto dominante en México entre 1930 y finales de 1960 (40 años). Cerrar en su versión femenina, para la masculina faltan también dos o tres colaboraciones más cuando mucho.

Sorpresivamente, en una época dominada por voces de hombres, el número de cantantes mujeres no ha sido menor como en principio se había considerado. Hemos escuchado interpretaciones musicales, hemos visto fragmentos de películas o de programas de televisión, y hemos hablado sobre las dos Ana María, Fernández y González, Lucha Reyes, Toña la Negra, Celia Campos, Elvira Ríos, María Luisa y Avelina Landín, Martha Zeller, Lupita Palomera, Gaby Daltas, Carmela Rey, Las Hermanas Águila y las Landín.

Agregaremos a las artistas anteriores a Esmeralda, Rebeca, Lydia Fernández, Lupita Alday, Adelina García y María Victoria, con una visita general a sus biografías y algunas muestras de su canto como cierre del fenómeno mencionado. Porque al ir indagando, aparecen más y más cancioneras o boleristas de mayor o menor talento, pero todas signadas por el estilo y el espíritu de la época explayada en la carpa, el teatro, la radio, el disco, el cine y la televisión. Así que parece pertinente concluir ahora con las seis intérpretes citadas como magnífico ejemplo de lo que hemos venido exponiendo durante 2024 y 2025 (a menos que la demanda de lectores pida otra cosa).

Sin duda, quedan otras artistas que merecerían ser visitadas y escuchadas (Dora Luz, Marilú, Amparo Montes…), pero con los casos que hemos visto es más que suficiente para ejemplificar y caracterizar la época, la estética y el espíritu de la interpretación de canciones producto de la unión de al menos dos elementos: la voz con entrenamiento o inspiración clásica y el canto popular. Elementos que convirtieron a la canción de éxito en una creación elegante y refinada que hoy día forma incluso parte de los programas de escuelas de música, conservatorios o de cantantes clásicos a nivel nacional pero también internacional. Tanto compositores como cantantes tuvieron un encuentro afortunado en ese tiempo; a los primeros hay que dedicarles también atención particularizada más adelante. Ahora proseguimos con dos cantantes más, con dos estilos del bolero en voz femenina: Lydia Fernández y Lupita Alday.

II. Lydia Fernández (1917-1995)

Lydia Gómez Valdivia, llamada Lydia Fernández, “La cancionera de México”, nació en Guadalajara, Jalisco; como las Hermanas Águila. Inició muy pronto su carrera artística, a los 17 años, como cantante de boleros, en particular, de Gonzalo Curiel. Lo dicho, después de Agustín Lara, quizá siga Curiel en la línea de importancia de compositores boleristas influyentes del siglo XX mexicano (aunque Sabre Marroquín, los hermanos Domínguez, Gabriel Ruiz, entre otros, compiten seriamente).

|“Caminos de ayer”, de Gonzalo Curiel|:

Como intérprete de Curiel –a quien conoció en Mérida, Yucatán, mientras el compositor realizaba una gira con su orquesta–, esta cantante forma parte también del grupo de los primeros boleristas mexicanos. Y como la mayoría de ellos, cantó en teatro y centros nocturnos, grabó discos, participó en la radio, en particular, en la XEW y llegó incluso a programas de televisión. Pronto debutó en la Ciudad de México en revistas musicales en las que estrenó, entre otras piezas, “Caminos de ayer” y “Anoche”. También estrenó la canción más conocida de Curiel, “Vereda tropical”, mas no pudo interpretarla en la película Hombres del mar (1938; Chano Urueta, dir.). Lo hizo Lupita Palomera, quien la convirtió en éxito y por ello se le asocia con la pieza antes que a Fernández: “por cosas del destino, fue Lupita y no yo, la que inmortalizó esa bella melodía” (en Héctor Madera Ferrón; en el disco Lydia Fernández… La Cancionera de México, 1989, de la Asociación Mexicana de Estudios Fonográficos).

|“Cobardía”, de Gonzalo Curiel; uno de los primeros éxitos de Lydia, acompañada por el propio “Sexteto Curiel”|:

Al igual que otras cantantes de su generación y su tiempo, al casarse en 1939, tuvo un retiro prematuro. Aunque fue parcial, pues hizo algunas breves reapariciones y pocas grabaciones más; participó, por ejemplo, en los homenajes póstumos a Gonzalo Curiel y Agustín Lara, en octubre y noviembre de 1970, respectivamente.

|“Malos pensamientos”, de Alberto Domínguez|:

Aunque hoy es prácticamente una artista desconocida, en su tiempo Lydia Fernández fue muy exitosa. No logró sobreponerse al olvido, como sí lo han hecho otras, Toña la Negra o María Luisa Landín, por ejemplo. Un éxito justificado el que alcanzó, fincado en su agradable y cálida voz, que se pasea entre los registros de la soprano y la mezzosoprano, con un estilo que tiende al del intérprete clásico como se escucha en la mayoría de sus interpretaciones. Sirvan estos ejemplos para escucharla y recuperarla hoy en su calidad vocal y sus cualidades artísticas.

|Precisamente, aquí interpreta una pieza de agradable clasicismo, “No te importe saber”, del compositor cubano René Touzet|:

III. Lupita Alday (1922-1994)

María Guadalupe Alday Tapia. Nombre artístico, Lupita Alday. Apelativo: “La cancionera de la voz que enamora”. Un evento es clave en la vida de Alday. Cuando decide viajar a la Ciudad de México, desde su natal Puebla, para competir con otras cantantes en un programa de la radio en 1942. Evento que la marcaría como artista al haber sido la ganadora del concurso, entre cientos de cantantes mujeres (ahí participó también Esmeralda), para convertirse en la nueva intérprete de Agustín Lara.

De inmediato el compositor flaco, más bien enjuto, la adoptó, digamos. La hizo debutar en la radio, teatros de revista, le creó canciones, grabó discos, participó con él en giras nacionales e internacionales; también participó en algunas películas.

|“No”; de autor no identificado al momento|:

A pesar de ciertos buenos programas dedicados a Alday, como el de Carilú Navarro y Jorge Miranda, “La música de nuestro México”, transmitido en 1988 y ofrecido actualmente en la plataforma de Radio IMER, hay carencia de una biografía sistematizada de esta artista. Ni siquiera en Wikipedia aparece; es necesario hacer un trabajo de acopio a partir de su material discográfico y cinematográfico, los registros de la radio, etcétera

|“Cien mil cosas”, un bolero del compositor cubano José Dolores Quiñones, aquí en temperamento femenino; aunque mi versión favorita de esta pieza sea con el mejor bolerista cubano, Celio Cruz; el mejor bolerista mexicano, ya se ha dicho aquí, es Pedro Infante|:

Existe el registro de varias películas en las que participó Lupita Alday como cantante o doblando el canto de alguna actriz estelar: Radio Patrulla (1951; Ernesto Cortázar, dir.); Tres hombres en mi vida (1952; Carlos Vejar, jr., dir.); Sangre en el barrio conocida también como Crucero 33 (1952; Adolfo Fernández Bustamante, dir.); El último round (1953; Alejandro Galindo dir.); Mi noche de bodas (1955; José Díaz Morales, dir.).

|De su participación en el filme Radio patrulla, “Desolación”l:

Aunque Lydia Fernández y Lupita Alday sean intérpretes de boleros, tienen estilos distintos; la primera, más clásico, más natural la segunda. Sin poseer una voz de excepción, se escucha en Alday ese canto natural y cálido que enamoró al público de su tiempo y cuyos ecos llegan al nuestro como un espíritu de época realmente impresionante, como hemos visto hasta ahora.

|“Me dices que me quieres”|:

Héctor Palacio en X: @NietzscheAristo

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