El Peje inicia hoy su reaparición política

La culpa es del calendario.

 

Hoy cumple 72 años Andrés Manuel López Obrador y el expresidente vuelve a ser foco de las mayores atenciones.

 

Lo primero es saber quiénes acuden a su rancho en Palenque –San Judas Tadeo para sus padres, La Chingada para él- a la celebración.

 

Será difícil saber.

 

El lugar ha estado, está y seguirá blindado con un cuartel cercano, militares propios a cargo de su seguridad y medidas especiales para evitar intrusos en toda época.

 

Unos cuantos -su familia desde luego y no toda- serán invitados, muchos añorarán conmemoraciones anteriores y otros deberán consolarse con una llamada telefónica… para dejar su simple felicitación.

 

No faltará quién le dedique Las mañanitas a distancia, como su hermano Adán Augusto López -quien en su honor suspendió la sesión del Senado- y quienes formaron parte de su equipo de gobierno, porque no hay espacio para todos.

 

Pero sí puede haber regalo para todos más adelante: ya está impreso su primer libro post Presidencia y su presentación será necesaria… si el pulso actual recomienda un recorrido nacional pueblo por pueblo, a la usanza del tabasqueño.

 

En espera de su decisión, hoy estará sin aparecer.

 

GABINETE EN ALERTA

 

En el Gabinete de seguridad hay inquietud.

 

Por eso investiga, recoge datos, entrevista a líderes y sesiona para saber cómo reaccionar a las manifestaciones, desde la llamada Generación Z hasta los violentos pero domables miembros de la CNTE.

 

Se les han puesto altos muros de metal para impedirles tocar -o incendiar- a la puerta de Palacio Nacional, pero la preocupación va más allá.

 

Se teme lo de siempre, el aprovechamiento de demandas e inconformidades por grupos violentos -encapuchados, grupo negro y otros-, pero más su fusión, porque entonces se volverían incontrolables.

 

Es el peor riesgo si se unen campesinos, transportistas, maestros, estudiantes universitarios, trabajadores inconformes del Poder Judicial y grupos con demandas específicas como los padres abandonados con sus niños con cáncer.

 

La altura de los muros -al menos tres metros, dicen las crónicas radiofónicas- es una primera acción para evitarlos y no recurrir a la contención, interpretada como represión por la presidenta Claudia Sheinbaum.

 

Por eso la alerta de este fin de semana y el domingo se hará una evaluación.

 

LA MISMA PROTECCIÓN

 

Ni el equipo ni el sistema de protección ha cambiado en torno a la Presidenta.

 

Los asistentes a la Convención Nacional de Radio y Televisión se sorprendieron ayer al verla aparecer sin la mayor vigilancia al hotel sede.

 

Los choferes de los empresarios estaban pendientes y, narraron después, llegó en una camioneta acompañada solamente de dos automóviles escoltas.

 

Llama la atención este hecho porque el martes de la semana pasada un sujeto, detenido luego e identificado como Uriel Rivera Martínez, se acercó, la tocó y luego ella denunció por acoso.

 

Claudia Sheinbaum se dirigía a pie de Palacio Nacional hacia la Secretaría de Educación Pública, a unas cuadras, acompañada solamente de su Ayudantía, dirigida por Juan José Ramírez Mendoza.

 

Según sus declaraciones, el hombre estaba borracho y tal vez drogado, y a pesar del riesgo no modificaría su aparato de seguridad personal.

 

Lo ha cumplido, según parece.

 

Otro dato: ayer no había mayor vigilancia dentro del salón donde pronunció su discurso y ni siquiera se colocaron arcos detectores para inhibir el ingreso de armas.

 

      @urenajose1

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