Boeing sigue con su mala racha

Si yo fuese directivo de Boeing, estaría encaminando mis pasos urgentemente a Catemaco para que me hicieran una “limpia”. Cuando uno cree que por fin la fabricante de aviones más importante en los Estados Unidos de Norteamérica está saliendo del atolladero, surge un nuevo contratiempo.

Y es que resulta que la Agencia Federal de Aviación de nuestros vecinos del norte (FAA, por sus siglas en inglés) ha encontrado otro problema que afecta a la armadora: la corrosión.

El desgaste paulatino de los cuerpos metálicos que detectaron en el modelo de avión Boeing 787Dreamliner podría provocar que los lavamanos se desprendan bajo determinadas condiciones.

Por esta razón la dirección de aeronavegabilidad de la FAA, además de la advertencia a la fabricante, ha propuesto una reglamentación para las aeronaves modelo 787-8, 787-9 Y 787-10, esto derivado de múltiples informes que recibieron de corrosión en los lavamanos de las aeronaves, tanto en su ajuste inferior, como en sus componentes.

A través de un comunicado la FAA informó que esta corrosión se debe a “la interacción galvánica del aluminio y la fibra de carbono como resultado del ambiente húmedo en el baño, lo que podría provocar que los baños del avión se desprendan de los soportes inferiores durante un evento con altas fuerzas G.”

El daño podría ser grave para los pasajeros y/o miembros de la tripulación, pues hay la posibilidad de que un baño bloqueado por desprendimiento del lavamanos termine por impedir el paso por el pasillo, poniendo en riesgo a todos en caso de una evacuación de la aeronave.

Según los informes de la FAA el número de aviones que serían afectados por estas condiciones de corrosión -tan sólo en los Estados Unidos- es de poco más de 160 equipos, por lo cual extiende una atenta invitación a las líneas aéreas que operan aeronaves modelo Boeing 787-8, 787-9 y 787-10 a revisar sus equipos, utilizando el proceso reglamentario establecido, y en caso de encontrar rastros de corrosión, tienen hasta el 22 de mayo de este año para contactarse con la FAA.

Se requiere que las líneas aéreas y sus áreas de mantenimiento pongan manos a la obra y realicen inspecciones detalladas de las aeronaves, verificando sobre todo los accesorios inferiores de los lavamanos, así como la línea central, y que en caso de hallar esta corrosión, registrarla y dar aviso, así como el cambiar las piezas para asegurarse que el lavamanos no se desprenda en pleno vuelo.

Por supuesto que esto será un golpe económico para las líneas aéreas que utilizan estos modelos de aviones, pues el costo para inspeccionar y corregir es de aproximadamente 15 horas de trabajo por cada baño, y las piezas, según cálculos de la propia FAA estarían rondando los 3,700 dólares por baño, lo que nos daría un costo aproximado de reparación de aproximadamente 4,975 dólares, por cada baño.

Ahora, pensando que un avión cuenta hasta con seis baños, esta cifra podría incrementarse bastante, en caso de que todos tuvieran que repararse; según los cálculos de la FAA el costo de reparación sería aproximadamente de 29,850 dólares.

Por tal motivo, la FAA además tendrá un programa de mantenimiento vigente, el cual requerirá que la aeronave en cuestión se someta a 90 horas de revisión y trabajos minuciosos, para prevenir cualquier tipo de corrosión, lo cual tendría un costo, además de tener parado el avión tanto tiempo, de poco más de 8 mil dólares.

Ojo, estos datos son estimaciones; habrá que hacer los cálculos reales de las cifras, pero según la FAA no cree que se modifiquen mucho. Por supuesto las aerolíneas pueden utilizar la garantía del arrendador y con ello bajar el costo del nuevo mantenimiento a los lavamanos.

Como ya sabrán, las aerolíneas en la actualidad no compran aviones, sino que los rentan y dentro de estos arrendamientos, tienen ciertas coberturas, como las pólizas y los seguros de las aeronaves que eso lo absorbe el arrendador; en este caso tendrán que ver qué garantías de mantenimiento tiene pactadas cada operador, esto es cada línea aérea con estas empresas de renta de aviones.

Esto permitirá que no sea la aerolínea quien absorba el costo total del mantenimiento. Pero, en dónde no hay manera que no le afecte, es en las horas que el equipo deberá permanecer en tierra: 90 horas, para una inspección a profundidad, además de todo el reajuste operativo que tendrá que hacer la aerolínea con un equipo en tierra.

Toda esta información salió publicada por la FAA en el Boletín de Requisitos de Atención Especial (RB) B787-81205-SB250302-00 RB. Sabemos que las aerolíneas procurarán acatar lo más pronto posible con estos nuevos requerimientos en aras de que la aviación siga siendo uno de los medios de transporte más seguros del mundo.

Aquí es donde podemos ver otra arista preocupante del conflicto arancelario, pues muchas piezas de Boeing son fabricadas fuera de los Estados Unidos, por ejemplo en la India, y no sabemos cómo afectará al final. Ojalá y la administración de Trump deje de darse balazos en el pie y mejor apoye a su industria aérea a salir del pozo obscuro y profundo en que la tiene sumergida.

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