EU limita visita a Groenlandia tras crítica de PM danesa

En un conflicto diplomático que se extiende, la administración Trump dio marcha atrás parcialmente en sus planes para una visita de alto perfil a Groenlandia, tras una ola de críticas de funcionarios daneses y groenlandeses.
Inicialmente anunciada como un viaje cultural —que incluía la asistencia a una carrera de trineos de perros— por Usha Vance, esposa del vicepresidente estadounidense J. D. Vance, la visita se transformó en una reducida reunión informativa sobre seguridad en la base militar estadounidense de Pituffik, lejos de la capital, Nuuk.
Vance anunció que se uniría a su esposa, alegando “preocupaciones de seguridad” y “el deseo de comprobar qué está pasando” en la materia. El vicepresidente se suma a una delegación que incluía originalmente al asesor de Seguridad Nacional, Mike Waltz, y al secretario de Energía, Chris Wright. Sin embargo, el nombre de Waltz sigue en el aire, tras una filtración sobre un ataque estadounidense en Yemen que causó un escándalo.
El cambio en el tono de la visita se produjo después de que la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, condenara lo que describió como una “presión inaceptable” por parte de Estados Unidos, acusando a Washington de impulsar una agenda que ignoraba la autonomía de Groenlandia. “No se puede llamar visita privada cuando hay representantes oficiales involucrados”, enfatizó, desestimando el viaje como un intento de coacción en lugar de colaboración.
El líder saliente de Groenlandia, Múte Egede, calificó la visita como una “provocación”, especialmente dado el delicado momento poselectoral del territorio. Su advertencia fue compartida por el sucesor en espera, Jens-Frederik Nielsen, quien criticó el momento de la visita como “irrespetuoso”.
La renovada ambición de Donald Trump de tomar Groenlandia “de una forma u otra” tensó las relaciones. Si bien Trump sostiene que algunos groenlandeses “invitaron” a la delegación, el gobierno local negó rotundamente haber enviado invitaciones.
Han estallado protestas antiamericanas en toda la isla, con críticos que acusan a Estados Unidos de explotar la incertidumbre política y las aspiraciones independentistas de Groenlandia. Incluso líderes independentistas como Kuno Fencker se han distanciado.
Aunque Estados Unidos insiste en que su visita se basa en una larga cooperación militar en virtud de un tratado de 1951, analistas advierten que la retórica trumpista está alterando las normas en torno a la integridad territorial, lo que genera comparaciones con la anexión de Crimea por parte de Rusia.