Estadounidenses dividen posturas sobre deportaciones

Las políticas migratorias vuelven a polarizar a Estados Unidos en la segunda era de Donald Trump. Un estudio reciente del Pew Research Center revela que, aunque la mayoría de los estadounidenses respalda las deportaciones de inmigrantes en situación irregular, las posturas se fragmentan en torno a quiénes deben ser expulsados, cómo y dónde se debe proceder con los arrestos.
Con la reactivación de estrategias drásticas por parte del magnate republicano, como la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, 240para dólar deportar a supuestos pandilleros sin juicio, el tema se perfila como uno de los ejes más álgidos de la agenda electoral.
Consenso en criminales, división en otros casos
El consenso es mayoritario cuando se trata de criminales violentos: el 97% de los encuestados apoya su deportación. Sin embargo, la línea se difumina al abordar delitos menores o llegadas recientes, donde el respaldo cae al 52% y 44%, respectivamente.
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La división se acentúa en el caso de inmigrantes con lazos familiares en el país, pues la mayoría se opone a separar familias. Mientras tanto, un 32% de los estadounidenses aboga por la expulsión de todos los indocumentados, y solo un 16% se manifiesta en contra de cualquier deportación.
Lugares sensibles, un límite claro
Más allá del perfil de los deportados, el estudio revela una sociedad que establece límites claros sobre dónde es aceptable realizar arrestos. Mientras el 66% aprueba las detenciones en protestas y el 63% en viviendas, la oposición es contundente cuando se trata de escuelas (63%), hospitales (61%) o templos religiosos (65%). Estas cifras reflejan un principio tácito: aunque muchos apoyan la aplicación estricta de la ley, pocos desean verla ejecutada en espacios que consideran esenciales para la comunidad.
Trump, por su parte, busca endurecer su postura con medidas de alto impacto. Su administración eliminó protecciones temporales para más de 500 mil migrantes, entre los que se incluyen beneficiarios de programas humanitarios, lo que generó temor en comunidades vulnerables.
Además, amenazó con eliminar las llamadas “ciudades santuario”, que limitan la cooperación de gobiernos locales con agentes federales de inmigración. Estas urbes, entre las que destacan Nueva York, San Francisco y Chicago, argumentan que la mano dura migratoria erosiona la confianza en las autoridades y disuade a los migrantes de denunciar delitos o buscar atención médica.
Estrategia mediática y percepción pública
La estrategia del presidente no se limita a cambios legislativos. Su gobierno lanzó una ofensiva mediática con anuncios publicitarios que advierten a los migrantes: “Si te vas ahora, podrías volver; si no, te encontraremos y deportaremos. Nunca regresarás”. El Departamento de Seguridad Interior combina la campaña con operativos de gran visibilidad, lo que impacta en la percepción pública.
No obstante, las cifras muestran una paradoja: las deportaciones durante la gestión de Trump se encuentran por debajo de las registradas en la administración de Joe Biden.
Brecha partidista en el control migratorio
Las diferencias partidistas también son abismales. De acuerdo con el estudio del think tank con sede en Washington, el 54% de los republicanos exige la expulsión de todos los indocumentados, frente a sólo un 10% de los demócratas. Además, el 81% de los conservadores apoya verificar el estatus migratorio en paradas de tránsito, en contraste con el 33% de los progresistas.
La brecha se mantiene en los lugares “aceptables” para arrestos: el 89% de los republicanos avala detenciones en protestas, contra el 44% de los demócratas; y mientras el en iglesias, apenas un 15% de los segundos lo haría.52% de los primeros las permitiría
Temor creciente entre los inmigrantes
Para los inmigrantes, el clima de incertidumbre es innegable. Un 19% de los estadounidenses teme que él o alguien cercano sea deportado, cifra que se dispara al 42% entre hispanos. La ansiedad también provoca cambios de comportamiento: el 4% de los encuestados comenzó a portar documentos de identidad en todo momento, y un 2% evita servicios públicos por miedo a ser interrogado.
El estudio del PewResearch Center deja en claro que la cuestión migratoria sigue siendo un rompecabezas legal y humano con implicaciones más allá de las fronteras. Con aproximadamente 11 millones de indocumentados en el país, México observa con atención. No solo es la principal nación de origen de estos migrantes, sino que las deportaciones impactan directamente en miles de familias binacionales.
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