Versiones de Pedro Páramo; Aniversario 70

Aniversario setenta

El mejor acontecimiento en torno al 70 aniversario de la aparición de Pedro Páramo, en 1955, ha sido la reciente publicación de una entrevista a Juan Rulfo realizada por Radiotelevisión Española, en 1979; le acompaña el escritor mexicano Arturo Azuela (Dirección: Carlos Vélez. Producción: José Ángel Martín. Realización: Roberto Llamas). Después del gran encuentro con Joaquín Soler Serrano en el programa A Fondo en 1977, disponible desde hace muchos años, era una desgracia que no existiera otra magnífica entrevista a Rulfo (hay algunas pocas por ahí pero sin el nivel de las dos que menciono). La importancia estriba en la cualidad de los entrevistadores y en el contenido resultante, la información obtenida en general y la específica sobre su novela, el proceso creativo, las influencias, la personalidad expuesta del entrevistado.

Pedro Páramo continúa siendo no sólo la obra literaria mexicana más reconocida y más universal, también es sólidamente vigente y, pese a las múltiples adaptaciones a diversos géneros artísticos, es una novela que se resiste a la primera leída, Rulfo mismo dijo que se necesitan tres lecturas, que la había escrito con una dificultad técnica para que fuera comprendida en un tercer intento, lo cual no quiere decir que no cause una impresión profunda o un estremecimiento desde la primera vez.

El problema con la novela de Rulfo es que sucede lo mismo que con la de Cervantes, se habla mucho de ellas pero pocos han llegado o superado esa tercera lectura de Páramo o terminado las dos partes de El Quijote. Pero es tal el poder de ambas que han surgido versiones simplificadas en otros géneros artísticos tratando de darlas a conocer, de explicarlas. En el caso de Cervantes ha sido relativamente sencillo: se extraen las escenas más conocidas, “más locas” de Don Alonso Quijano y las convierten en ballet, ópera, musical, película, obra teatral, etcétera. En cuanto a Rulfo es más difícil el caso. Han fracasado prácticamente todas las adaptaciones cinematográficas, teatrales, de danza contemporánea y aún en la ópera. “Y es que se trabajó con muertos”, señala Rulfo: ahí estriba la dificultad de ese proceso llamado “transmedial”, transferir una obra de un género a otro distinto. ¿Cómo lograr ya no digamos la atmósfera fantasmal sino el sobrecogimiento que se produce en la imaginación cuando se lee la obra? ¿Cómo volver veraz en imágenes un mundo de ánimas en pena? Revisemos algunas versiones.

Versiones transmediales

En el cine existen cuatro versiones realizadas y una cancelada por falta de financiamiento:

1. Pedro Páramo, Carlos Velo, director, 1967. Demasiado realista y un elenco cuestionado; se modifican diálogos; la música incidental de Joaquín Gutiérrez Heras no contribuye al espíritu de la obra.

2. Pedro Páramo, Salvador Sánchez, director, 1981. De esta sólo se conoce el registro en diversos medios, no está disponible en plataformas virtuales actuales.

3. Pedro Páramo. El hombre de la Media Luna, José Bolaños, director, 1988. Todos los medios consultados datan esta película en 1978, pero en realidad es de 1988, tal como aparece al inicio de la proyección de la película patrocinada por Conacine y lo señala en entrevista el actor Manuel Ojeda, protagonista en el rol de Pedro Páramo; también modifica diálogos; tiene tres horas de lentísima duración; la edulcorada música de Ennio Morricone termina por convertirla en un filme de terror en el peor de los sentidos.

4. Pedro Páramo. Manuel Gil, director, cancelada.

5. Pedro Páramo, Rodrigo Prieto, director. 2024. Esta versión tomó el guion de Manuel Gil de la película trunca. Carece de fuerza dramática; la actuación es homogénea en la medianía; la banda sonora de Gustavo Santaolalla es propiamente música incidental y con tendencia a la monotonía salpicada de cierto pintoresquismo. En general no fue muy bien recibida por la crítica especializada.

Ha habido cuando menos dos adaptaciones teatrales en los últimos lustros con el mismo título: Pedro Páramo: 2013, dirigida por Flora Lauten, y 2020, dirigida por Mario Gas.

Y al menos hay una puesta de danza contemporánea: Pedro Páramo o Los Murmullos. Compañía Las Muertas Enamoradas. Centro Nacional de las Artes, Plaza de la Danza; 27 de agosto de 2022. Este es un caso todavía más complicado, pues no posee música original, es decir, compuesta exprofeso para la obra y sin oralidad de ningún tipo que exprese la trama; ¿cómo entender y aceptar que se está representando el mundo de Comala y La media luna? Agreguemos versión de danza-teatro “Las Mujeres de Pedro Páramo”, compañía Huitzil Danza-Teatro; 2014.

En general, hay un buen número de propuestas incluso no profesionales, lo que habla de la importancia de la obra de Rulfo pero al mismo tiempo, cuando se ven las puestas, habla de su dificultad de representación. Aunque siempre hay una pequeña ventaja cuando se respeta el texto original. Como referencia en este sentido, está la anécdota que ha escrito como memoria el dramaturgo Miguel Sabido. En 1961 solicitó a Juan Rulfo una adaptación del cuento “Anacleto Morones” para llevarlo al teatro. El autor consintió y pidió le diera la versión más barata que tuviera del relato. Al poco tiempo, Sabido regresó y Rulfo le entregó de vuelta el cuento con frases rayadas y otras entre paréntesis: “Tú dijiste que querías poner mi cuento de ‘Anacleto Morones’, ¿no? Pues ponlo. Ahí está”. Asombrado, el dramaturgo observó: “lo que había hecho era tachar con un lápiz muy suavecito las palabras con las que indicaba que era otro personaje el que hablaba… Y luego unos paréntesis en algunos parlamentos”. Apesadumbrado, no le quedó más que realizar él mismo las acotaciones escénicas. El estreno fue un éxito rotundo en el Teatro El Caballito de la Ciudad de México. El dramaturgo descubrió de pronto a Rulfo. “Lo cogí del brazo y le grité feliz: ‘Vente, vamos a dar las gracias’. Negó rotundamente en silencio… y me dijo en un hilito de voz: ‘Pues ¿no que eso no era una adaptación?’. Y tenía razón: era el glorioso, inigualable texto de Juan Rulfo que no necesitaba que nadie lo adaptara, lo único que necesitaba para sonar como la obra maestra que es, era que lo dijeran con respeto” (Miguel Sabido, “¿Me adaptas ‘Anacleto Morones’?”). En la medida en que se respete, que no se adapte, que no se cambie, modifique, altere el texto de Pedro Páramo, cualquier adaptación gana un poco.

La ópera

Hay una versión operística de la novela, Murmullos del Páramo, de Julio Estrada (2006), que se separa de cualquier intento musical tradicional y/o convencional. Trátese de la música clásica, la ópera misma o la música incidental para cine: el autor crea su propio universo. Pero es un asunto que abordaré en otra ocasión porque actualmente forma parte de un proceso de investigación. Sólo diré dos cosas sobre ella: 1. La selección de fragmentos de texto por el creador musical es en realidad lo que hace avanzar la obra y le da sentido al mundo fantasmal en medio de la recreación o la imaginación sonora (Juan Preciado es magníficamente interpretado en la grabación por Ernesto Gómez Cruz). 2. Tiene razón Vladimiro Rivas Iturralde: la ópera de Estrada es “la mejor y más respetuosa puesta en imagen y sonido que se haya hecho de Pedro Páramo hasta el momento” (“Los murmullos del páramo”, en Noches de ópera).

La tercera lectura, mi lectura

Esa tercera vez, la tercera lectura que sugiere Rulfo tiene que ser una suerte de disección radiográfica. ¿De qué trata Pedro Páramo? Hay múltiples posibilidades de concepción e interpretación. Hay una excelente conferencia de Juan Villoro en el Colegio Nacional sobre la novela de Rulfo, hay disponibles variadas exposiciones sobre el tema de críticos diversos. Yo sugiero la siguiente aproximación siguiendo el eje de las dos mujeres principales de la novela, Doloritas y Susana San Juan:

Pedro Páramo es la recreación fragmentaria, no lineal, de un mundo fantasmal a partir de dos planos interconectados en la zona caliente de los bajos de Jalisco: Comala y La Media Luna. Unidos por la omnipresencia de un hombre, de un nombre: Pedro Páramo. Un cacique todo poderoso que construye su predominio en la región por medio del abuso, el robo, la violencia y el crimen. En el primer plano, ubicado en el presente de la narración, todos los individuos, excepto uno (Juan Preciado, tal vez) están muertos. Un presente de ruinas y ánimas en pena que refieren el pasado: lo pasado. El segundo plano es la historia del pasado pero narrada como un presente en que casi todos están vivos, y muestra la elevación y la caída de Pedro Páramo. Esa primera parte de la novela tiene como protagonista femenina a Doloritas, madre de Preciado, producto de su matrimonio con Páramo, quien se casó con ella para zanjar las deudas con su familia y adueñarse de sus propiedades. En la segunda, la protagonista es Susana San Juan, ilusión de amor infantil de Pedro, fugada, a quien al regresar después de 30 años quiere poseer aunque sólo sea en cuerpo porque su razón está ya entregada a la insania. El estado mental y la muerte de “la mujer más hermosa que se ha dado sobre la tierra”, habrían de acabar con el ánimo vital de Pedro Páramo –ese rencor vivo– y provocar su venganza devastadora contra toda la región y sus pobladores hasta el abandono y el exterminio.

Musicalidad rulfiana

Hablando de la música fallida de las películas, la danza y el teatro así como de los aciertos del mundo sonoro en la creación operística, hay que decir lo que todos dicen porque es verdad: la increíble musicalidad de Pedro Páramo (que también se halla en la colección El llano en llamas): sonoridad de la naturaleza, el murmullo de los muertos y la poética del propio lenguaje escrito de Rulfo, las imágenes creadas por ese lenguaje. Pero hay que añadir un dato curioso: en la obra aparecen dos referencias musicales: una como alusión, otra en la escena acaso más breve de la novela:

1. Alusión:

“Esa noche volvieron a sucederse los sueños. ¿Por qué ese recordar intenso de tantas cosas? ¿Por qué no simplemente la muerte y no esa música tierna del pasado?”

2. Escena:

“Ruidos. Voces. Rumores. Canciones lejanas:

Mi novia me dio un pañuelo

con orillas de llorar…

En falsete. Como si fueran mujeres las que cantaran”.

En la película de José Bolaños de 1988 se alcanza a distinguir que Óscar Chávez canta esos versos. En el estreno de la creación escénico-musical de Julio Estrada en Madrid, en 2006, es Chavela Vargas quien los entona. Desafortunadamente no están disponibles en youtube.

Finalmente, considero que la mejor versión de Pedro Páramo es la que logremos personal, íntimamente en esa disección radiográfica de la que he hablado.

Y aquí, la entrevista de Rulfo en Radiotelevisión Española; 1979:

Héctor Palacio en X: @NietzscheAristo

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