Este podría ser el fin de Tesla como automotriz
Sin lugar a dudas, el ataque con fuego a un lote automotriz de vehículos Tesla en Las Vegas, Nevada, representa un nuevo punto bajo en la percepción de la marca de la empresa adquirida –que no creada– por el oligarca y barbaján Elon Musk.
Entre la férrea competencia de empresas chinas, tanto del sector público cómo privado, entre las que se encuentran BYD y hasta la empresa tecnológica Xiaomi y la falta de nuevos modelos más allá del muy inseguro Cybertruck, la realidad es que Tesla ha perdido el liderazgo que apenas al inicio de la pandemia poseía a nivel mundial en cuanto a la venta de vehículos eléctricos.
En varios artículos especializados se revela que En 2024, el ingreso neto anual de Tesla fue de solo 12 mil 600 millones de dólares. La gran mayoría de estos ingresos provino de las ventas de sus vehículos. Sin embargo, al momento de escribir esto, Tesla está valorada en $852.43 mil millones, un desbalance monstruoso en su valor de compañía e ingresos netos.
¿Qué quiere decir esto? Qué la piedra sobre la que descansan las demás corporaciones de Musk podría entrar en crisis ante una pérdida de confianza por parte de los accionistas. Y el apoyo del ahora también miembro externo del gabinete de Trump a agrupaciones de extrema derecha y hasta su saludo fascista no ayudan a la valoración de la misma. En Alemania, por ejemplo, el rechazo a los vehículos Tesla supera el 90%.
Ese podría ser el fin de Tesla: la mejora de los vehículos eléctricos chinos que, eventualmente, podrían llegar a costar lo que un smartphone de alta gama y la mejora de los sistemas de manejo automatizado de las empresas asiáticas, lo cual terminaría por matar a Tesla cómo automotriz y símbolo del progreso tecnológico estadounidense. Será entonces, la propia ineptitud de Musk quién acabe con su gallina de los huevos de oro, aunque seguramente culpará a los “wokes” de sus faltas, como suele hacerlo.