De México para Estrasburgo: los viajes del senador Noroña

Resulta bastante lamentable, y si se quiere, penoso, tener que dedicar líneas a personajes individuales de la clase política mexicana. Me refiero, en este momento, al senador Gerardo Fernández Noroña.

Los dichos, sugerencias, despropósitos, insultos, denuestos y tergiversaciones expresados por este legislador serían anecdóticos si se tratase de cualquier individuo, y no así del presidente del Senado mexicano.

Esa cámara, como se recordará, le entregó a Noroña al unísono, con la excepción del voto de Lilly Téllez, el honor de presidir la cámara alta.

Noroña es un impresentable por donde quiera mirársele. Tras los pavorosos descubrimientos realizados en Jalisco, el legislador expresó que no estaba convencido de que los zapatos y demás objetos perteneciesen en realidad a los desaparecidos, al tiempo que sugirió temerariamente que podría tratarse de un montaje orquestado para golpear al “movimiento”. Lo hizo mientras los familiares de una de las víctimas reconocían la ropa y accesorios de la desaparecida.

Tras sus condenables dichos, el legislador anunció que viajaría a Paris (en clase ejecutiva de Air France, como le gusta al ex diputado, cosa digna del presidente de un Senado, y a cargo del erario público) con destino a la ciudad de Estrasburgo, sede del Parlamento Europeo, con el propósito de reunirse con Roberta Metsola, presidente del organismo, y con líderes de congresos nacionales.

Primera pregunta: ¿qué habría declarado el legislador si su homólogo hubiera hecho lo mismo en aquel 2013 tras los hechos de Ayotzinapa? ¿No habría alzado la voz denunciando al PRI como partido corrupto, ocultador de información e insensible ante la miseria humana? Segunda: ¿qué aportará a la lastimada nación mexicana que el presidente del Senado se reúna con sus homólogos europeos?

¿Les contará quizás sobre las artimañas legislativas del partido oficial para reunir mayorías calificadas en el Senado? ¿Hablará en Estrasburgo sobre cómo hicieron Adán Augusto López y él mismo para “convencer” a Miguel Ángel Yunes sobre las bendiciones de la reforma judicial? ¿O sobre cómo el ex senador panista cayó bajo el embrujo de la magia de la 4T? ¿ O tal vez entretendrá a sus contrapartes con la “lección de democracia” que México dará al mundo el 1 de junio con las elecciones al poder judicial? Es una vergüenza.

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